En su primera acepción el Diccionario de la Real Academia Española define de la siguiente manera a la Moda:
Uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país, con especialidad en los trajes, telas y adornos, principalmente los recién introducidos.
Puede sonar frívolo iniciar de esta forma la sesión pero si se mira con atención se aceptará que la moda también llega a la Sexualogía, y las disfunciones sexo eróticas constituyen una de las pruebas más palpables al respecto, trataré de explicarme. El notable auge que ha tenido la Disfunción eréctil en el último decenio, poco a poco cederá paso a la Eyaculación precoz; lo anterior no obedece a que exista una epidemia del tipo AHLNL (Elba Esther dixit) sino que a partir del lanzamiento de un fármaco para prolongar el lapso en que se eyacula, mientras dura el efecto de la pastilla, una gran cantidad de varones se lanzará en pos de la píldora mágica que remedie todos sus males.
La alquimia sexual, desde tiempos inmemoriales ha buscado el afrodisiaco capaz de templar al varón y provocar a la fémina; algunos de los ejemplos más remotos son:
Mandrágora,
Cantárida, y en nuestras tierras:
Yaca,
Tegogolos.
Quizá hayan funcionado en la primera ocasión pero el retorno de las fallas, condiciona la persistente búsqueda del Sexygrial.
Sin embargo, las cosas han cambiado, sobre todo a partir de las aportaciones de Masters y Johnson pues ahora se es más específico, es decir, se determina cuál fase de la curva de la respuesta sexual está alterada y se averiguan la o las causas de las problemáticas para proporcionar el remedio correspondiente. La automatización en pleno. Si la máquina se descompuso cambiemos el dispositivo y asunto arreglado. No obstante, como se verá las cosas no son tan sencillas.
Es indudable la existencia de un gran mercado potencial, sobre todo, porque querámoslo o no siguen existiendo un sin fin de definiciones en torno a esta disfunción y cuando algo así ocurre es evidente la falta de acuerdo. Se intenta ser más objetivos y por tal motivo se inventan nuevos y sofisticados parámetros como el tiempo de latencia intravaginal, el cual de entrada soslaya a la población homosexual que practica el coito anal ¿Será prejuicio o será que entre los gays los coitos no son tan coititos?
Datos de diversas investigaciones a lo largo de muchos años coinciden en señalar que más de un tercio de los hombres eyacula a gran velocidad o al menos, involuntariamente. Cuando la pareja de uno de estos varones lo acusa de insensible, tiene toda la razón porque él no siente lo que técnicamente denominamos Inminencia eyaculatoria, carente del más mínimo control simplemente: se viene. Helen S. Kaplan señaló: … la causa inmediata siempre presente, de la eyaculación precoz es una falta de percepción de las sensaciones sexuales. (Kaplan, 1989).
Dice Ruy Pérez Tamayo que el Dr. Arturo Rosenblueth escribió en un letrero: En este laboratorio el único que siempre tiene la razón es el gato. (Pérez Tamayo). Esto viene a colación porque aparte de las mediciones cronométricas que bien pueden clasificarse como objetivas y cuantitativas, es menester averiguar lo que experimentan ambos miembros de la pareja, es decir, tanto penetrador como penetrada.
El Dr. House sentencia: Todos mienten pero, no todo mundo lo hace propositivamente, hay quienes sólo piensan en ellos mismos cuando responden quizá por la forma en que interrogamos:
Don Abundio ¿Tiene UD problemas con la eyaculación? Para nada Dr., apenas penetro a mi mujer me vengo enseguida. Conmovedora sinceridad pero sentida como una gran agresión por Doña Emilia… su pareja.
Por lo antes mencionado resulta indispensable que ambos miembros de la díada opinen respecto a qué tan disfrutable o no es la relación sexual. Masters y Johnson enfatizaron: Cualquier forma de incompatibilidad sexual es un problema mutuo que involucra a ambos cónyuges. (Masters y Johnson, 1978).
Remedios para la eyaculación precoz han existido aun antes de considerarla como disfunción pero, su efectividad, lo mismo que la de los afrodisiacos deja mucho que desear. Entre los más socorridos están:
Tomar algo de alcohol antes de la relación,
Masturbarse previo al coito,
Someterse a estímulos dolorosos,
Pensar en problemas graves,
Realizar operaciones matemáticas difíciles,
Usar anestésicos tópicos y
Un largo etcétera.
Aunque cada vez son menos las personas que consideran que eyaculación y orgasmo son sinónimos hay quienes todavía se sienten confundidos por ello el siguiente párrafo ayudara, Benson citado por Lucio nos aclara: La eyaculación consta de dos etapas: emisión seminal y eyaculación propiamente dicha. La emisión es el transporte y reunión de las secreciones del conducto deferente, vesículas seminales y próstata, entre otras glándulas accesorias según la especie, dentro de la uretra posterior. La eyaculación se refiere a la expulsión del líquido seminal hacia el exterior por el meato urinario y depende primordialmente de las contracciones de los músculos perineales, bulboesponjoso e isquicavernoso. (Lucio et al, 1998). El orgasmo por el contrario tiene un componente subjetivo que es todo aquello que el individuo nos dice que siente:
pérdida de la conciencia,
confusión,
me voy al cielo,
una especie de explosión.
Retornando al tema en cuestión, es claro que el fármaco le permite al hombre retardar su eyaculación, mientras dura el efecto pero, de ninguna manera significa que haya desaparecido la disfunción o dicho de otra forma que la haya curado (Bobes, 2000), motivo por el cual resulta indispensable la Terapia sexual. No obstante, conviene tener presente que lo más difícil de tratar son los resentimientos que suelen tener las parejas de estos individuos (Rosen, 1995). Diversos estudios apuntan que en promedio, las personas acuden a terapia hasta siete años después de padecer dicha problemática. Imaginen sólo por un momento, las frustraciones acumuladas a lo largo de los años por estas féminas, pues cada vez ellas se ilusionan e intentan satisfacer su excitación se encuentran con que su pareja ya terminó.
Cuando uno, en calidad de terapeuta piensa que todo saldrá como viene descrito por los clásicos, es decir, que la pareja seguirá al pie de la letra nuestras indicaciones; que él la acariciará sin prisas y la llevará a excitaciones jamás imaginadas; que él identificará mejor sus inminencias consiguiendo el ansiado control, de repente nos topamos con que las sesiones no se llevan a cabo porque aparecen un sin fin de obstáculos. Al revisar con más calma el caso nos encontramos con que ella boicotea las sesiones porque está muy lastimada; tiene un sin fin de resentimientos acumulados que requieren ser tratados. Esto a mi juicio constituye el principal reto en el tratamiento de la eyaculación precoz para el cual jamás habrá un fármaco.
La terapia sexual resulta muy efectiva para que el hombre aprenda a controlar su eyaculación, sin embargo, es innegable la existencia de un grupo de varones a los cuales les resulta imposible aprender las técnicas. La angustia, el temor al fracaso, la ansiedad de desempeño y la auto profecía son sus rasgos característicos. Incapaces de aprender a relajarse son los consultantes ideales para usar los nuevos fármacos pero, de seguro necesitarán el apoyo terapéutico pues no quedarán conformes aunque duren cuatro veces más dentro de la vagina, sobre todo si recordamos que algunos eyaculaban antes de haber transcurrido unos cuantos segundos y no hablemos de quienes como dirían los clásicos tenían Ejaculatio ante portas; parecidos a ese hombre que cuando tocó a la puerta de la sexoservidora le dijo: ¿Cuánto le debo?
El tratamiento de la eyaculación precoz, lejos de simplificarse por el surgimiento de fármacos que aumentan la meseta exigirá que incursionemos más en los terrenos terapéuticos tanto individuales como de pareja pero eso, lejos de asustarnos nos dede alegrar pues incrementará nuestro desempeño profesional para de ese modo brindar un mejor servicio.
Si para los médicos clásicos la clínica era la reina de la Medicina para el terapeuta sexual lo es el contacto con su consultante; contamos con fármacos para atenderle pero siempre resultará esencial el diálogo cara a cara en el que se privilegie la escucha y donde la empatía juega un papel trascendental.
Bibliografía
Bobes J.; Dexeus S. y Gibert J. Psicofármacos y función sexual. Editorial Díaz de Santos. España, 2000:91
Kaplan, H. Singer. La eyaculación precoz. Cómo reconocerla, tratarla y superarla. Editorial Grijalbo. México, 1989:50
Lucio Lucio Rosa Angélica; Zempoalteca Ramírez René; Rodríguez Antolín Jorge; Aguilar Fernando; Flores Rojas Geraldine y Velázquez Moctezuma Javier. Erección, emisión y eyaculación. En: Biología de la reproducción. Libro en Homenaje al Dr. Adolfo Rosado García. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa. México, 1998:319.
Masters H. Williams y Johnson E. Virginia. Incompatibilidad sexual. Editorial Intermédica. Argentina, 1978:97
Atiendo problemáticas relacionadas con la sexualidad y el erotismo. Tengo más de 30 años de experiencia brindando terapia sexual. También doy conferencias, cursos o talleres sobre: sexualidad, erotismo, disfunciones sexuales, masculinidad, paternidad, prevención de la violencia y otros temas.
Con el fin de respetar la perspectiva de género y para hacer más fluida mi intervención alternaré, en el escrito, la referencia a los géneros; es decir, un párrafo lo trataré en femenino y el siguiente en masculino.
Hasta hace algunos años se necesitaba mucho valor para decir a: familiares, amigos, compañeros de trabajo o maestros que uno pensaba dedicarse a la Sexología, de inmediato brotaban comentarios que iban desde:
¿Y eso qué es?
Te morirás de hambre porque de eso nadie habla
Lo quieres hacer porque debes tener muchos traumas
De seguro te la pasarás de forma muy divertida
Y otras más.
Varios acontecimientos del siglo pasado como las investigaciones de Kinsey, Schofield, Hunt; los aportes de Gagnon, Masters, Johnson, Kaplan y Lopiccolo entre otros, al igual que la aparición del VIH y luego del SIDA hicieron que los ciudadanos, lo mismo que los científicos tomaran más en serio a la Sexología.
Quizá por ello desde hace algunos años el tema de la sexualidad en los medios de comunicación ha cobrado un inusitado interés y por eso le dedican buena parte de sus tiempos o espacios; no obstante, la forma en que son tratados los tópicos es muy variable y salvo algunas excepciones los contenidos dejan mucho que desear.
La sexualidad no necesariamente es el motivo principal, a veces ni les importa su tratamiento, pero como producto de esas actividades (concursos o encerronas para ligar) aparecen libros hechos por las conductoras donde dan sugerencias y recetas que pocas veces se sustentan en investigaciones serias. Hay un conductor que siempre nos recuerda que leyó: ¿Por qué es divertido el sexo?
Menciono lo anterior porque, lo mismo que los hongos después de las lluvias han surgido personajes que se ostentan como profesionales de la Sexualogía aunque nunca mencionan dónde cursaron sus estudios; otros, luego de unos cuantos cursos o después de leer algunos textos se sienten henchidos de conocimiento y por ello siguiendo el ejemplo de Procusto aplican la misma metodología a cualquier problema.
De igual forma, existen quienes aprovechando el poder que otorga el ser considerada una experta sexóloga, le dicen a su consultante que como parte del tratamiento le mostrarán el camino que les conducirá al erotismo más pleno.
El sexólogo es un individuo que requiere contar con amplios conocimientos de múltiples disciplinas, Xabier Lizarraga lo expresó muy bien en la primera Conferencia Magistral.
Bajo el riesgo de quedarse en la orilla, el profesional de la Sexología, no puede ni debe circunscribirse sólo a lo biológico, lo psicológico o lo cultural; la sexualidad humana abarca esos tres tópicos pero, esa interrelación se complejiza a grados insospechados y quizás por ello la imagino como un fractal.
Intentado regresar al motivo del presente Simposium quiero retomar lo dicho por Gregorio Marañón, a principios del siglo pasado que a mi juicio, resulta aplicable a quienes trabajamos en este medio:
Y el médico que sólo sabe de Medicina, ni Medicina sabe.
La sexóloga, con independencia del campo donde se desempeñe es un agente de cambio para la prevención de la problemática sexual; facilitadora frente a conflictos sexuales; promotora del ejercicio responsable, informado y voluntario de la sexualidad pero, y esto se ha puesto de manifiesto en el presente congreso, alguien que colabora para que quien le consulta se atreva a transitar por el camino que le lleva al otrora: prohibido, despreciado y pecaminoso territorio del placer.
Resulta de fundamental importancia, para el sexólogo mantenerse actualizado pero, no basta sólo con eventos como el presente congreso existen otros medios y otras instancias a las cuales recurrir pero sobre todo es menester poner en práctica la educación continua. En un documento de trabajo que realizamos hace años mencionamos: la competencia sin integridad o la integridad sin competencia constituyen un compromiso insatisfactorio de cualquier profesional que se precie de serlo.
Hace más de dos mil años, en el Ágora de Atenas un viejo filósofo pregonaba: Conócete a ti mismo y aunque esa propuesta continua vigente justo es reconocer que pocas veces se cumple.
A la sexóloga le conviene reconocer sus fortalezas y debilidades, en otra palabras, sus límites y hacer algo para enmendar lo que sea necesario pero también, un ejercicio de congruencia.
La amplia cultura que vale la pena poseer no implica, bajo ninguna circunstancia, que seamos especialistas en todo; por ello, cuando nos topemos con casos que nos rebasan, es preferible referir o canalizarlos con quien verdaderamente les pueda asesorar.
Algunas personas acudirán ante el sexólogo para, de una u otra forma, pedir permiso y de ese modo contar con el visto bueno de una autoridad para realizar conductas que muy en su interior consideran: pecaminosas, indebidas o prohibidas. Aunque puede resultar muy atractivo actuar en calidad de liberador, debe quedarnos claro que ese no es nuestro papel; no hemos estudiado para, animar o prohibir. Es preferible proporcionarle a ese consultante las herramientas o estrategias que le ayuden a tomar decisiones en forma responsable.
Relacionado con lo anterior, algunas personas nos verán como entes plenos de sabiduría o como los mejores amantes, en otras palabras: el sexólogo adquiere un poder por el sólo hecho de actuar como un experto y más en esta materia. Dicha situación debe manejarse con especial cuidado porque habrá personas que fantasearán con tener un encuentro erótico sexual pero eso, mecanismos de defensa mediante, rebasaría los límites de la Ética. Personalmente, creo que bajo ninguna circunstancia resultan convenientes estos encuentros pues, más allá de los riesgos legales a que se expone el profesional, se traspasan los límites de aquellos a quienes prestamos nuestros servicios. Igual puede existir el profesional que abusando de su posición intente seducir a sus consultantes, eso constituiría una falta muy grave que iría en detrimento de nuestra profesión. Hacer como que pasa nada, no ayuda recuérdese el caso Maciel.
La sexóloga lo mismo que el resto de las personas tiene su sistema de valores y por ello no necesariamente debe ser compartido por las personas para quienes trabaja y mucho menos debe imponerlo pese a considerarlo como el mejor. Lo anterior se relaciona con el respeto a la diversidad, en todos los sentidos, entre los seres humanos.
El profesional de la Sexología adquiere una responsabilidad para con los demás y para consigo mismo. En esta profesión contamos con el poder de la palabra y todo mundo sabe que hacer discursos es muy fácil, lo difícil es vivirlos.
Vale la pena convertirnos en nuestros propios jueces y evaluarnos a cada momento con el fin de enmendar los errores y valorar los aciertos.
Dado que no hay muchas sexólogas es indispensable que destaquen por sus conocimientos, congruencia, respeto y profesionalismo para con quienes les consultan o solicitan su asesoría.
Atiendo problemáticas relacionadas con la sexualidad y el erotismo. Tengo más de 30 años de experiencia brindando terapia sexual. También doy conferencias, cursos o talleres sobre: sexualidad, erotismo, disfunciones sexuales, masculinidad, paternidad, prevención de la violencia y otros temas.
Colegio Peninsular Rogers Hall de Mérida, Yuc. Semana de la Familia. Marzo 2 del 2009.
El título lo tomé de un libro de Fernando Savater y es que coincido con él en que Educar es un valor en sí mismo, pero también en que se necesita valor para Educar, sobre todo cuando por anteponer los derechos y necesidades de los educandos nos atrevemos a enfrentar y modificar paradigmas.
“El mejor modelo de un gato es otro gato, especialmente el mismo gato.”
Arturo Rosenblueth S.
El agujero negro del erotismo, sin duda alguna, corresponde al de la sexualidad infantil; resulta por demás difícil hallar material en torno a este tema. La sociedad en general prefiere imaginar que “las criaturas son inocentes y no piensan en eso”. Resulta más cómodo afirmar, que se trata de una época asexual motivo por el cual debe disuadirse a los menores de cualquier manifestación de esa índole.
Sin embargo, las escasas investigaciones dedicadas a este tema suelen basarse en los recuerdos de adultos y de adolescentes, los cuales, no necesariamente son confiables pues pueden verse alterados tanto por el tiempo y la deformación memorística, como por un sin fin de censores adquiridos a lo largo de su vida. Es necesario enfatizar que resulta prácticamente imposible obtener el permiso de los progenitores o de quienes están encargados de la guardia y custodia de la criatura para preguntarle a ésta acerca de sus conocimientos sobre sexualidad. Tiene razón Weis cuando sugiere que querámoslo o no flota en el ambiente el temor a que la exploración científica de la sexualidad y el erotismo infantil resulten dañinos para las criaturas.
La gente con gran frecuencia dice cosas sin base alguna, por ejemplo, se considera que el vecino país del norte es lugar más liberal sobre la tierra, sin embargo, hay territorios donde la gente es más conservadora que en nuestro México. En EU la sexualidad infantil ha sido un tema, largamente marginado pues se considera que es un periodo asexual; pese a que fue muy bien aceptado el Psicoanálisis, y Freud en un principio le diera mucha importancia a la sexualidad infantil.
¿Cuántos investigadores consideran que explorar la sexualidad puede ser dañino para las criaturas?
Las obras sobre desarrollo infantil ignoran este renglón, por ejemplo, Piaget nunca lo investigó y la teoría del sistema familiar lo hace, pero para hablar de Incesto. El abuso sexual se ha convertido en una especie de industria que de una u otra forma ha frenado la investigación en torno a la sexualidad infantil.
Los mayores, con gran frecuencia adulteran los comportamientos de los menores y los tocamientos, que resultan placenteros para estos últimos pues suelen interpretarlos como pecaminosos. Algo que está esperando a que se investigue es “¿A qué, cómo y por qué los tocamientos placenteros tornan a lo erótico? ¿cuándo y por qué sucede eso?”.
Lo miembros de nuestra especie, al nacer tan desvalidos requerimos la presencia de gente que nos cuide pues de lo contrario no podríamos sobrevivir, y esa aparente debilidad, se ha convertido en una de las principales fortalezas del ser humano. De manera sucinta se puede afirmar, que la socialización resulta de fundamental importancia para el desarrollo de la sexualidad infantil y algunos de sus principales agentes son:
progenitores,
familia,
compañeros de uno y otro sexo,
medios de comunicación,
religión,
escuela,
comunidad,
noviazgo.
Es importante reconocer la existencia de experiencias sexuales reflexogénicas, por ejemplo, erecciones observadas incluso in útero; es muy factible que la lubricación vaginal ocurra desde entonces y aunque no es imposible, si resulta difícil localizar esa secreción en un medio líquido.
Un par de investigadores estadounidenses, Ford y Beach a quienes debemos mucho porque estudiaron la conducta sexual, tanto en humanos de diferentes sociedades como en diversos animales, reportaron que en sociedades permisivas, las criaturas se tocan distraídamente y llegan a masturbarse después de los seis años, sin que produzca daño o trauma alguno.
Langfeldt se atrevió señalar que criaturas de entre seis y 10 años reportaron sentirse, sexualmente excitados, al pensar en eventos sexuales. Si observáramos con más atención a las criaturas obtendríamos información similar.
Galenson y Roiphe afirman algo que, en primera instancia, puede parecer una perogrullada: No hay diferencias genéricas en los juegos autoeróticos durante el 1er año de vida. Aunque invita a la reflexión y a validar recientes investigaciones realizadas por sociobiólogos, quienes afirman que chimpancés machos bebés prefieren juguetes que pueden aventarse o rodar, dando a entender que pueden recibir un trato rudo; en cambio chimpancés bebés pero hembras eligieron jugar con muñecas o juguetes a los que cargaban.
Gagnon es un destacado investigador para el cual los seres humanos aprendemos por medio de guiones la forma como la sociedad exige que nos comportemos; en un estudio que realizó a finales del siglo pasado comentó que 86% de su muestra creía que sus preadolescentes se habían masturbado; 60% consideró que era aceptable pero sólo la tercera parte deseaba que sus hijos tuvieran una actitud positiva hacia la masturbación. La complejidad y con gran frecuencia la incongruencia son acompañantes consuetudinarios de nuestra especie.
En 1948 y 1953, Alfred Charles Kinsey et al publicaron El comportamiento sexual del varón y El comportamiento sexual de la mujer, respectivamente; la obra se agotó en unas cuantas horas y aunque el trabajo le gustó a muchas personas, encontró grandes oposiciones entre conservadores y uno que otro científico quienes lo catalogaron como metodológicamente erróneo, por ello, lo mismo que a otros investigadores se le dificultó conseguir fondos para continuar su trabajo. Cabe señalar que Kinsey es uno de los bastiones de la Sexología y sus trabajos han servido, no sólo de inspiración sino también para comparar los resultados de casi cualquier encuesta, estudio o investigación.
En el 2003 se publicó un libro en el Instituto Kinsey producto de un taller entre investigadores de diferentes disciplinas que padecieron los embates de otros científicos que insistían en considerar que las criaturas son asexuales. El discurso introductorio estuvo a cargo de Philip Jenkins y realizó un espléndido trabajo porque describió el Pánico moral y afirmó que la respuesta del público a la investigación sobre sexualidad infantil depende de la ideología política del momento. A quienes duden de esta información quizá les convenga saber que una de las primeras acciones del actual Presidente de EU, Barack Hussein Obama II fue derogar la llamada Ley Mordaza Global, por medio de la cual su antecesor Bush, prohibía en EU apoyar a entidades internacionales vinculadas al aborto, es decir, no podían apoyar a Clínicas de Planificación familiar que atendieran a mujeres que habían abortado.
Resulta peculiar que las obras dedicadas al desarrollo infantil (Pedagogía, Medicina, Psicología, Sociología y un largo etc.) dedican, cuando se atreven, unas cuantas líneas al tema de la sexualidad. Por ello quienes trabajan con criaturas se encuentran en una situación difícil, pues rara vez los progenitores abordan ese tópico en casa; unos confían y anhelan que la escuela sea quien lo haga; otros en cambio, no quieren que sus descendientes se vean expuestos a esos contenidos. Mientras tanto niñas y niños realizan actividades en las que el erotismo o al menos la sexualidad se hallan presentes.
Ni duda cabe que el abuso sexual a infantes se ha constituido en un lastre para esta investigación.
Desarrollo intrauterino
Cuando un espermatozoide penetra a un óvulo, el azar en pleno se pone en marcha, pues de entre los cientos de millones de células sexuales masculinas una será la elegida para introducir parte de ella en el gigantesco óvulo. Las cifras resultan asombrosas pues algunos autores afirman que existen entre 60 y 100 millones de espermatozoides por mililitro cúbico de semen; si el promedio es de unos 3 a 4 ml por eyaculación, en un cálculo conservador: 80 millones por 4 ml tendríamos la nada despreciable cifra de 320 millones de espermas. En cuanto al tamaño se dice que para igualar el peso de un óvulo hacen falta 85,000 espermatozoides, ni duda cabe que el esperma es chiquito pero … No obstante, para que podamos hablar de fecundación el encuentro deberá ocurrir en el tercio externo de la Tuba uterina o Trompa de Falopio.
Una vez que el esperma introdujo su acrosoma en el óvulo hablamos de un Cigoto, es decir, un óvulo fecundado; a partir de ese momento cambia la polaridad de la membrana de la célula femenina y ya no podrá ser penetrada por otros espermas. El material cromosómico de cada uno de los gametos se mezclará y se obtendrá una mezcla única; esa célula se duplicará y lo mismo ocurrirá con el producto de cada una de ellas. Si las cosas marchan bien una semana, aproximadamente, después de la fecundación la Mórula se implantará en el útero, y será a partir de ahí se dice cuando pueda afirmarse la existencia de un embarazo.
En el supuesto de que se hayan unido un espermatozoide Y con un óvulo (siempre son X) hablaremos de un embrión masculino; uno de los genes del cromosoma Y hará que la gónada indiferenciada se llene de tubos, muy delgados y se convertirá en un testículo primitivo; algunas células de él comenzarán la producción de una serie de hormonas androgénicas entre las que destaca la Testosterona. Pareciera que todo está listo para la masculinización sin embargo, para que esa hormona pueda ejercer sus efectos se requiere que penetre a la célula y eso sólo se logra si en el brazo corto del cromosoma X existe un gen para codificar a la Proteína citosólica introductora de andrógenos. A partir de la semana séptima comenzará la masculinización del embrión. Sin embargo, la inexistencia de ese gen condicionaría el nacimiento de una criatura hermafrodita o intersexual. Pero en el caso de si actúe el gen en cuestión, casi al mismo tiempo, los testículos producen la llamada, clásicamente, Substancia de Jost o de forma más descriptiva Substancia inhibidora de los conductos Müllerianos. Sucede que en el embrión existen un par de conductos (Müller y Wolf) que al desarrollarse se convierten en lo que se conoce como dimensión de los genitales internos (útero, tubas uterinas y tercio interno de la vagina o próstata y conductos deferentes).
Los genitales externos, tanto masculinos como femeninos también derivan de unas estructuras comunes: tubérculo genital y protuberancia labio/escrotal.
Los seres humanos nacemos con un sexo: femenino o masculino y la sociedad, en base a apariencia de los genitales externos nos asignará un género: fue niño o fue niña. En la actualidad se diagnostica antes del nacimiento al interpretar el ultrasonido.
Se pierde en la noche de los tiempos cuándo, dónde y quién asignó el color rosa para las niñas y el azul para los niños pero quedan el blanco y el amarillo para quienes ignoran el sexo de la criatura a la que le regalarán una chambrita cuando vayan a conocerla.
Aunque conforme pasa el tiempo los nombres suelen compartirse, todavía la mayoría de los masculinos terminan en O y los femeninos en A, hay sus honrosas excepciones; a modo de ejercicio: enliste cinco nombres de mujer que terminen en O. Créanlo o no, lo más probable es que, a partir de este 2009 aparezcan nombres de varón terminados en A porque se pondrá de moda llamar al niño: Obama.
El trato diferenciado para las criaturas comienza, desde su nacimiento se les carga de diferente manera y se les habla más, o menos y con distinto volumen. Ya hablamos de que se le viste de modo específico pero además juguetes y juegos suelen diferir. Basta que quienes lean este escrito recuerden a qué jugaban en la infancia; una gran cantidad de juegos masculinos se desarrollaban en la calle y tenían la característica de que siempre existía un ganador y en consecuencia un perdedor; los juegos de las niñas suelen desarrollarse en la casa y tienden a la integración, por lo tanta es fácil aceptar, que la competencia es algo que se integra al comportamiento masculino desde la más tierna infancia.
El Sistema nervioso del ser humano termina de desarrollarse después del nacimiento; conforme la Mielina (substancia que recubre las fibras nerviosas) aparece, los movimientos de la criatura se hacen más precisos, de tal modo que los repetirá si la sensación que percibe, después de tocarse (al principio por azar) le resulta agradable y eso querámoslo o no es una muestra patente de aprendizaje. Si le gusta tocarse la oreja, los dedos de la mano, los pies o la cabeza, los progenitores se mostrarán satisfechos de las gracias que hace, pero si los tocamientos se dirigen a los genitales las preocupaciones pueden aparecer y por ello se intentará distraerle o se le reconvendrá con dulzura: No se toque ahí; así no se juega y cosas parecidas. Los progenitores temen que si no hacen algo al respecto después no podrán controlarle. No obstante, con independencia de lo que teman y piensen los padres, los niños pequeños descubren que tocar los genitales puede resultar placentero e incluso algunos tienen erecciones cuando les quitan el pañal.
A los dos o tres años les gusta tocarse los genitales, y algunos padres lo interpretan como masturbación. Por esas épocas igual se muestran interesados en las diferencias físicas y al orinar, tanto que algunas niñas orinan paradas.
Entre los cuatro y seis se sienten fascinados por los efectos que causan en sus oyentes al jugar con palabras escatológicas, de seguro en eso se basaron los Punkitos cuando crearon aquella inspirada canción que dice más o menos así:
Pipí, caca, culo, pis que en México adaptamos a:
Pipí, caca, culo, pedo, chis.
Pese a cuanto puedan ofenderse las buenas conciencias está claro que ese tipo de palabras (sucias) no se usan en un contexto sexual, más bien sirven para estremecer y poner a temblar. De nueva cuenta se puede aprovechar la situación y desde una postura amable, respetuosa de la broma, hacerles comprender que no toda la gente está preparada, ni tampoco dispuesta a escuchar tales expresiones, por tanto, habrá que respetarles. En concreto habrá que enseñarles dónde y dónde no utilizarlas.
A estas edades ya demandan privacidad y jugar al Doctor les resulta muy atractivo pero prefieren hacerlo en la intimidad, no sea que se infarte alguien que les sorprenda. Ni duda cabe que algunas reacciones exageradas de los adultos son más dañinas que la conducta de la criatura.
Muchas madres pueden quedar estupefactas al sorprender a su criatura frotándose, cuasi compulsivamente los genitales con las manos o con un muñeco o con el brazo de un sofá, contra la cama o moviendo a toda velocidad las piernas. Se evidencia en el esfuerzo en la cara y a veces están tan concentradas en esa actividad, que no se percatan de lo que sucede en su derredor. Los movimientos aumentan en frecuencia y velocidad hasta llegar a un máximo después de lo cual quedan relajadas. Si UD se pregunta: ¿Por qué hacen eso si son tan pequeñas? lo más factible es que lo hagan porque les produce sensaciones placenteras. En los ranchos dicen: Si tiene orejas de conejo, colita de conejo y brinca como conejo … es conejo. Una gran cantidad de seres humanos realizó actividades similares a las descritas, en infinidad de ocasiones antes de enterarse de que a eso le hemos denominado Masturbación, término proveniente del latín y que hace alusión a la mano que turba, que profana, es decir, se refiere a algo negativo. Menores de uno y otro sexo son capaces de llegar al orgasmo pero a diferencia de los adultos los niños no eyaculan.
La curiosidad es algo que caracteriza a las criaturas, de uno y otro sexo; el juego es una actividad más seria de lo que se imagina el común de la gente y permite el aprendizaje. Cuando las familias se reúnen para festejar algo suelen mandar a que las criaturas jueguen en un espacio apartado pues resulta muy molesto el escándalo que producen, sin embargo, casi siempre será una mamá la que enarcando la ceja diga: Voy a ver que están haciendo esos chamacos porque están muy calladitos.
Entre los juegos favoritos de la gente menuda están: Te enseño y me enseñas; El doctor; Papá, mamá y los hijos, etc. En muchos de ellos se dan la desnudez y los tocamientos; un análisis elemental advierte que con gran frecuencia repiten parte de lo que observan en la cotidianidad, no sólo la de la casa si no también y de forma importante de la taravisión, perdón, televisión. La intención de lo que realizan, no necesariamente, corresponde con lo que piensa e interpreta el adulto que les sorprenda, esto es, la gente mayor suele adulterar lo que observa. El escándalo y los castigos pueden dejar huellas importantes en los menores de edad que a partir de ese momento intentarán ser más cuidadosos para que no les vuelvan a pillar, de modo que el juego se transforma en una actividad clandestina. En términos generales cuando los juegos se realizan entre menores de edades semejantes no existe mayor peligro, casi todo mundo participó en ellos, pero el Alzheimer suele asaltarnos cuando tenemos descendencia y recordamos nada de aquellos tiempos.
Cuando la diferencia de edad, entre quienes juegan, es mayor de cinco años se sugiere una supervisión más estrecha. Muchas de las criaturas que han padecido abusos sexuales pueden tratar de repetir el abuso con otras personas, por lo tanto requieren ayuda en vez de recriminaciones.
Medio en broma se afirma que la palabra que más escuchan los menores de edad es “No”, sin embargo, casi nunca se les respeta cuando son ellos quienes la emiten; razones para que eso suceda abundan pero vale la pena enfatizar que conviene que las criaturas puedan decir NO de forma categórica y eso puede lograrse si se ensaya con ellos. Y es que por increíble que parezca, el significado de estas dos letras depende de la situación, la fuerza, la postura corporal y el énfasis con que se pronuncien.
Vale la pena hablarles sobre privacidad e intimidad pero se requiere que se respeten dichos conceptos. Algunos padres se ufanan de que vigilan estrechamente a sus descendientes pues les exigen que dejen abiertas las puertas de sus cuartos. Es evidente que esa acción coarta la intimidad y a la larga eso se convierte en una invitación a buscar otros espacios donde poder satisfacer ya sean sus necesidades fisiológicas o su curiosidad.
Freud tuvo mucha razón cuando dijo, palabras más palabras menos: Los niños son polimorfos perversos; según el Padre del Psicoanálisis podían expresar su sexualidad de muy diversas formas, pero en aquella época perverso hacía referencia a la no reproducción. En concreto: hicieran lo que hicieran no tendrían descendencia. Sin embargo, en la actualidad, perverso, significa:
Sumamente malo, que causa daño intencionadamente.
Que corrompe las costumbres o el orden y estado habitual de las cosas.
En cierta forma podría encajar un poco con la segunda acepción porque una gran cantidad de personas considera que las criaturas son asexuales, que el erotismo surgirá, de forma gradual, en la pubertad con el incremento hormonal; por eso cuando se enteran que su criatura practica tales actividades consideran que la están influyendo y pervirtiendo.
Debemos agradecerle a Freud porque se atrevió a tocar el tema la sexualidad infantil, sin embargo, muchas de sus afirmaciones han sido cuestionadas:
Universalidad de los Complejos de Edipo y Electra,
La envidia, femenina del pene,
La fase de latencia.
Por todo lo antes mencionado vale la pena tener en cuenta lo propuesto por Jane Gilgun:
Los juegos entre chicos de edades similares no son abuso.
La curiosidad acerca de las partes sexuales forman parte del desarrollo.
Las actividades que involucran partes sexuales no necesariamente son eróticas en los menores.
Una guía adecuada posibilita sexualidad sana y tanto actitudes como conductas responsables.
Una gran cantidad de menores de edad, por diversas razones, no le comunican a sus progenitores sus dudas en torno a la sexualidad y es factible que lo haga con la profesora u orientadora; es una gran oportunidad que no debe soslayarse. Es necesario que esté abierta a identificar si ha presentado cambios conductuales importantes que pueden relacionarse con:
Lesiones o infecciones en genitales,
Conocimientos de temas y conductas que no corresponden a su edad,
Compulsión a juegos sexuales o masturbación,
Miedo a situaciones o personas,
Si comunica que le han tocado y le ha molestado,
Si le han enseñado o tomado fotos atrevidas,
pero recuerde que los cambios conductuales, no sólo son provocados por factores sexuales.
Si dice que padeció abuso:
Créale, dígale que estuvo bien se lo comunicara y que buscarán ayuda.
Conserve la calma,
No lo cuestione,
Consulte a un experto,
Apunte lo que diga u observe de la criatura,
Es importante que los progenitores reciban ayuda también
En el último decenio la evidencia indica que niñas y niños se involucran en ciertas conductas sexuales pero no todas son indicativas de abuso sexual.
Las conductas sexuales se observaron más en criaturas de 2 a 5 años y tienden disminuir conforme crecen ya que son más pudorosos y tienen un mayor autocontrol.
Cada caso de conducta inusual debe analizarse en su contexto.
Cuidado con acusar sin bases.
El tema del divorcio se vuelve cada día más frecuente y viene a colación porque algunos padres (varones divorciados) se reprimen de acariciar a sus criaturas por miedo a que se les acuse de abuso sexual, sin embargo, debe quedar muy claro que los juegos sexuales son frecuentes entre los preescolares.
Después de los 10 años la masturbación es frecuente pero en privado, rara vez en público, eso demuestra que la Socialización le ha servido. Cuando por cualquier razón se toque el tema conviene enfatizar, que todas las cosas que dicen le pasan a quien se masturba son mentiras. A veces se puede hacer una dinámica en la que expongan lo que han escuchado al respecto e ir deshaciendo las falacias.
Adolescencia
A diferencia de la sexualidad infantil, sobre la del adolescente se ha escrito mucho y se han realizado un sin fin de investigaciones, desde diferentes perspectivas y quizá por ello, pocas han sido las coincidencias.
Spanier desde mediados de los 70 señaló que una ola de moralismo, incluso por parte de los investigadores, ha teñido los escritos en torno a la sexualidad adolescente; se señala que las relaciones prematrimoniales (RP) constituyen conductas desviadas, violaciones de las normas sociales y un problema creciente.
Otros estudiosos han señalado que la virginidad prematrimonial ha disminuido, tanto como concepto como realidad y además argumentan que las relaciones basadas en el amor justifican la actividad sexual.
Pese a las mojigaterías tan extendidas la gente se ha comido el pastel desde siempre. A continuación algunos resultados de diversas investigaciones que invitan a reflexionar:
Un estudio sobre matrimonios en Groton, Massachusetts de 1761 a 1775 demostró que un tercio de las mujeres se casaba embarazada.
Terman (1938) nacidos antes de 1890: 50% de los hombres y 13% de las mujeres tuvieron RP; 2/3 de ellos lo hicieron con alguien diferente a su futura esposa; 2/3 de ellas lo hicieron con su futuro esposo. Nacidos después de 1900; 2/3 de los hombres y cerca de la mitad de las mujeres tuvieron RP; cerca del 50% tuvieron relaciones con su futuro cónyuge.
Kinsey (1953). Nacidas antes de 1900 ¼ de mujeres tuvo RP; 50% de las nacidas después de 1900 tuvo RP. Los cambios más espectaculares fueron en los locos 20’s.
Ehrman. Los hombres tienden a tener la mayor parte de sus relaciones con mujeres de una clase social más baja que la suya pero tienden a casarse con mujeres de su clase social; cuando están en una relación formal es menos probable que lleguen al coito. Las mujeres que están en una relación formal es más factible que lleguen al coito.
Hass (1979), Newcomer y Udry (1985) afirman que el sexo oral ha aumentado entre adolescentes; 16 a 25% de quienes no tienen relaciones lo han practicado.
Hofferth, Kahn y Balwin (1987) se ha incrementado, dramáticamente el riesgo de embarazo premarital.
De quienes nacieron entre 1938 a 1940 33% tuvieron RP y 65% de quienes nacieron entre 1953-55.
McCleary (1992) en 1988 ¼ de mujeres tuvieron RP a los 15 años y 60% a los 19. Un tercio de los hombres tuvo RP a los 15 años y 86% a los 19 años.
Las RP seguirán pues los factores que influyen en ellas son: industrialización; rápida transportación; citas, relaciones de compromiso.
En los países industrializados existe una mayor permisividad para las RP.
Según Clayton y Bokemeir (1980) la permisividad para las RP entre los hombres ha llegado a las mujeres, sobretodo a partir de que se menciona el amor, si alguien lo duda recuerde la famosa y manida frase de: Dame una prueba de tu amor.
Las investigaciones sobre la sexualidad en el adolescente se centran en el coito y soslayan otros tipos de actividad sexual.
Weis (1983) Los adolescentes realizan diferentes actividades sexuales y eso puede postergar la RP, además funcionan como ensayo y permiten que las chicas obtengan más cosas positivas de la primera relación sexual. Algo que debiera hacernos pensar: es más factible que las escandinavas disfruten más su primera relación que jóvenes de otras naciones.
Zelnik y Shah (encuesta nacional 1983) más hombres que mujeres tuvieron su primera relación con alguien a quien apenas conocían. La mayoría de los estadounidenses dice que su primera relación fue espontánea, es decir, no planeada. 17% de ellas y 25% de los varones lo planearon; menos de la mitad usaron un método anticonceptivo. Quienes tuvieron su primera relación después de los 18 años fueron más proclives a usar algún método anticonceptivo.
Los jóvenes rara vez tienen su primera relación con una prostituta; ha aumentado el número de parejas, prematrimoniales, tanto en chicos como en chicas, aunque no tanto como se ha dicho.
Ha aumentado el número de embarazos en mujeres no casadas, sin embargo, no sucede lo mismo entre las europeas, donde la sexualidad adolescente se ve como natural. Sorensen (1973 y Zelnik (1981) dicen que de dos tercios a tres cuartos de adolescentes en EU rara vez o nunca usan anticonceptivos. Banwart y Foreman (1975) relacionan el uso de anticonceptivos en los jóvenes con: permisividad hacia la sexualidad adolescente; confidencialidad e involucramiento en la relación.
Spanier (1975) y Wilson (1994) señalan que la mayoría de los adolescentes obtienen información sexual de sus compañeros y de los medios de comunicación más que de los padres o de la escuela.
Miller y Moore (1990) Los jóvenes se sienten omnisapientes e inmortales por tanto minimizan la actividad sexual riesgosa; de nueva cuenta llama la atención que no ocurre lo mismo en Europa.
La acción hormonal no es la principal causa de las RP; de modo que quizá no sea tan cierto aquello de: Hormona mata neurona.
Muchos religiosos y políticos han querido ver a las RP como un fenómeno delictivo que por tanto debe combatirse
Una gran cantidad de adolescentes se sienten culpables por tener relaciones pero a mi me parece que sería preferible que se responsabilizaran de sus actos y eso es algo en lo que podemos intervenir.
Lo ideal es no casarse con sus ideas, conviene escuchar y sopesar otras; algunos investigadores pareciera que usan el Lecho de Procusto y eso a todas luces, aparte de retrasar el conocimiento perjudica a los adolescentes.
La llegada de los sociobiólogos ha dado pie a un incremento de hipótesis, una de las que más llama la atención es que las hembras pueden seducir a los machos o que ellos pueden detectar a las hembras más proclives a un encuentro erótico sexual, aunque eso redunda en que lo importante es la fecundación; por supuesto lo anterior lo hacen extensivo a nuestra especie.
La Educación de la sexualidad es preferible iniciarla desde la más tierna infancia y tener presente que no comienza en la escuela sino en el hogar de cada una de las personas, donde el ejemplo se constituye como la técnica omnipresente.
Uno de los científicos mexicanos más importantes decía: Aquí el único que tiene razón es el gato, estoy totalmente de acuerdo con el Dr. Arturo Rosenbleuth, sobretodo tratándose de investigaciones en sexualidad humana, más que preguntarle a terceros deberíamos de trabajar con los individuos en cuestión y antes de que decir: No se puede, idear metodologías para conseguirlo.
Bibliografía
Age-appropiate sexual knowledge and behaviors in children. childlessstepmoms.org. 2005.
D’ Alessandro, Donna and Huth, Lindsay. Toodlers and Sexual Behavior. Pediatrics Common Questions, Quick Answers. June, 2002.
Children’s sexual behaviour. Parent Easy Guide. 54
DIY Father. What is normal sexual play and behaviour in young children? 2008
Fiedrich, W. N, Fisher, J, Broughton, D, Houston, M and Shafran, C.R. Normative Sexual Behavior in Children: A Contemporary Sample. Pediatrics 1998;101;e9.
Gilbert, Susan. New Light Shed on Normal Sex Behavior in a Child. The New York Times. April 7, 1998.
Gilgun, Jane. The sexual development of children. helium.com
Inappropiate sexual behaviour. handsonscotland.co.uk
Irvine, John. Children’s Sex Play. 9am with David & Kim. 15/10/08
Kaiser Family Foundation. Ten Tips for Parents from Talking with Kids About Tough Issues.
Mayo Clinic. Sexual Behavior in children. Waht’s Normal? August/ September, 2000-Volume 3 – Issue 6.
Mayo Clinic. Sex education: Talking to toodlers and preschoolers about sex.april 27, 2007.
Atiendo problemáticas relacionadas con la sexualidad y el erotismo. Tengo más de 30 años de experiencia brindando terapia sexual. También doy conferencias, cursos o talleres sobre: sexualidad, erotismo, disfunciones sexuales, masculinidad, paternidad, prevención de la violencia y otros temas.