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El éxito femenino

El 7 de enero de este naciente 2009, Paty Kelly

me invitó a platicar en su programa de Radio ACIR sobre este tema tan controversial y me vinieron a la mente ideas que desarrollaré más adelante, pero que las pongo a su consideración y sobretodo, a su crítica lo mismo que a sus comentarios.

Mi tía Ana María afirmaba: Para que sea una verdadera mujer deberá ser buena y decente; aprender a llevar una casa y tenerla como tacita de té. Conseguir un buen hombre con el cual se comprometa y formar un hogar en el que podrá realizarse. Tendrá hijos a los que cuidará y guiará. Comprenderá que los hombres son distintos a las mujeres; muchas veces se comportan como niños pero de ella dependerá la familia, no en balde matrimonio se refiere a las obligaciones de la mujer y patrimonio a las del hombre.

Según mi prima Rocío: El éxito de una mujer se mide a través de los logros conseguidos tanto en los estudios como en el ámbito laboral. Para triunfar es válido recurrir a todo, ya que el trabajo es un campo de batalla en el que no hay enemigo pequeño. Está claro que a la mujer se le presentarán más obstáculos para escalar, pero no hay que tener miedo y mucho menos considerar que las mujeres serán aliadas, en ocasiones son ellas las que más atacan.

Mi amiga Inmaculada a quien ya no recuerdo por qué apodaban la Pantera decía: El casamiento nunca fue mi meta y mucho menos una obligación. Tuve problemas con mis padres porque en vez de estudiar una carrera comencé a trabajar desde muy joven, ahorré dinero y me fui de mochilera (horror y terror para toda la familia pero sobretodo para mis progenitores) a Europa un año. De regreso a México, volví a romper las esperanzas de mis papás pues me puse a trabajar duramente para viajar a la India. Hablo varios idiomas, mis conceptos en torno a la vida pueden ser diferentes a los de los demás, pero no me empeño en imponerlos. Sé escuchar pero jamás doy consejos. Tengo 30 años y aunque se me antoja ser madre no me siento bien preparada para todas las obligaciones que ello conlleva. Ignoro si alguna vez me atreva a traer una criatura a este mundo tan desquiciado.

Que difícil coincidir en torno al significado del éxito. Es evidente que ha cambiado a lo largo del tiempo y de los lugares, es decir, que las distintas sociedades y cuantimás sus individuos le otorgan múltiples significados. En la actualidad y paradójicamente se le equipara con la bonanza económica, lo cual garantiza su inaccesibilidad.

La crisis de crisis económica de sus empresas ocasionada por la crisis financiera y la incertidumbre unida a ella en las últimas semanas, así como la impotencia de no poder actuar, dicen sus familiares fueron alguna de las razones por las que el multimillonario Adolf Merckle se suicidó, lo atropelló un tren. (La Vanguardia, enero 6 de 2009). Esta nota la quiero contrastar con algo que me ocurrió hace unas semanas en mi pueblo, Paraiso Novillero, Ver. Caminando hacia mi casa me topé con

Este hombre no es al que me refiero, pero el pueblo si es Paraíso Novillero, Ver

un hombre mayor que a caballo ofrecía una mercancía; eran unos pepinos largos y muy claros. “A tres por diez pesos”; como el precio me pareció justo compré varios, incluso para regalar. Charlamos un poco y cuando le conté quién era yo, me dijo que sentía mucho lo de la muerte de mi Apá pues había trabajado en varias ocasiones para él. Se me prendió el foco, por fin encontraba un hombre a quien el trabajo del campo no le asustaba, motivo por el cual le propuse que sembrará una pequeña hortaliza, en el patio, para que mi mamá tuviera verduras frescas ya que allá se consumen pocas y en cambio se comen grandes cantidades de carnes, sobretodo rojas.

De inmediato pensé: No sólo para mi familia, hasta podemos vender aquí en el pueblo y en un descuido, si lo hacemos bien podremos ganar unos buenos billetes, tanto este hombre como yo. Lo mismo que en el cuento de La lechera, mi pensamiento viajaba a gran velocidad;  ya planeaba en la rotación de los cultivos para enriquecer la tierra y dejar de lastimarla. La hidroponia es otra opción pero más que nada dejar de cultivar caña de azúcar, cuyas ganancias son directamente proporcionales a la distancia que se tiene de ella, es decir, cortador y campesino casi no reciben dinero, el cual suele quedarse en manos de los dueños de los ingenios y sobretodo, de los acaparadores. En esas estaba cuando, con su voz cascada por el cigarro me dijo: “No mi amigo, yo sólo siembro 70 matas de pepino y con eso tengo para llevármela tranquilo, no quiero más trabajo”. Creo y espero no haber externado mi malestar pero de inmediato vinieron a mi mente calificativos del tipo: conformista, flojo, mediocre y un sin fin más de epítetos. Le di las gracias, lo más diplomáticamente que pude y me alejé desilusionado y con el diagnóstico, según yo de porque estamos como estamos, convencido de que tuvo razón aquel amigo coreano que alguna vez comentó que Veracruz tenía enormes recursos pero que lo único que le estorbaba era tanto jarocho.

Hoy en la madrugada, acá en la gran ciudad, con una taza de café humeante, escuchando música clásica y tecleando a la luz de una pequeña lámpara; reconozco que aquel viejo quizá tenga razón; que posiblemente él se la pasa mejor que yo. Por supuesto no tiene carro, ni viste ropa elegante (yo tampoco), es más ni siquiera se pone desodorante y mucho menos usa lociones. Su dieta debe ser como aquella que consumí en mi infancia en el rancho, a base de maíz, frijoles y chile; las gorditas, plátano macho y yuca acompañados de una taza de café negro. Estoy cierto que carece de TV por cable y la música es de AM; las radionovelas le acompañan por la tarde y gran parte de la noche. No conoce el extranjero, es más de seguro no ha viajado a más de 50 kms. del pueblo pero estoy seguro que está menos tenso que yo. Sin rentas que pagar; cuando no tiene dinero puede acudir a un vecino a que le regale un racimo de plátanos; las frutas abundan y pescar unas mojarras siempre es una buena opción. Lo he visto sentado en las tardes a la orilla del río contemplar el atardecer; parece hipnotizado con el brillo del sol en las aguas que se desplazan lentamente.

Si el éxito se relaciona con el estrés yo lo he conseguido, pero si debe medirse por la paz y la tranquilidad, sin duda alguna, ese humilde campesino me lleva una gran ventaja.

Y para ti ¿qué es el éxito? 

 

Retomando el tema, o mejor dicho el título me parece muy difícil concretar porque para las mujeres el éxito se justiprecia de diferentes maneras y estas se relacionan con las formas como fueron formadas, educadas o programadas; quiero decir que algunas se sienten muy felices por ser amas de casa y esto lo menciono porque me parece que desde hace unos años es una actividad no muy aceptada. Hay féminas que disfrutan realizando las interminables labores del hogar y se sienten realizadas cuando la familia se reúne en ese espacio que es el favorito de la mayoría, al menos de los que tenemos orígenes pueblerinos y que es la cocina; los olores son inolvidables. Otras mujeres se sienten exitosas porque completaron una carrera y la ejercen, algunas de ellas postergan el matrimonio porque pretenden escalar lo más alto que se pueda en el ámbito laboral, y para quienes la reproducción es importante hacen un alto en el camino y tratan de conseguirla. Por cierto, me parece que a las mujeres seguras de sí mismas y triunfadoras les resulta más difícil conseguir pareja porque no todos los hombres se sienten bien con ellas pues les cambia, radicalmente, el esquema tradicional donde ellos deben ser quienes destaquen. Del mismo modo me queda claro que a ellas, los ascensos les resultan más arduos de lograr que a los varones. Cada día veo más mujeres que optan por vivir en soltería y se sienten realizadas en la medida que consiguen los objetivos que se han trazado, si bien no todas anhelan formar pareja hetero u homosexual, eso no quiere decir que renuncien a su erotismo.

En fin que el éxito, me parece, se relaciona con la realización de los propios sueños, del valor con que se enfrentan los obstáculos y no necesariamente con lo estipulado por lo que opinan los demás y mucho menos los medios de comunicación.

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