Archivo por meses: abril 2009

El valor de educar

Colegio Peninsular Rogers Hall de Mérida, Yuc. Semana de la Familia. Marzo 2 del 2009.

El título lo tomé de un libro de Fernando Savater y es que coincido con él en que Educar es un valor en sí mismo, pero también en que se necesita valor para Educar, sobre todo cuando por anteponer los derechos y necesidades de los educandos nos atrevemos a enfrentar y modificar paradigmas.

“El mejor modelo de un gato es otro gato, especialmente el mismo gato.”

Arturo Rosenblueth S.

El agujero negro del erotismo, sin duda alguna, corresponde al de la sexualidad infantil; resulta por demás difícil hallar material en torno a este tema. La sociedad en general prefiere imaginar que “las criaturas son inocentes y no piensan en eso”. Resulta más cómodo afirmar, que se trata de una época asexual motivo por el cual debe disuadirse a los menores de cualquier manifestación de esa índole.

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Sin embargo, las escasas investigaciones dedicadas a este tema suelen basarse en los recuerdos de adultos y de adolescentes, los cuales, no necesariamente son confiables pues pueden verse alterados tanto por el tiempo y la deformación memorística, como por un sin fin de censores adquiridos a lo largo de su vida. Es necesario enfatizar que resulta prácticamente imposible obtener el permiso de los progenitores o de quienes están encargados de la guardia y custodia de la criatura para preguntarle a ésta acerca de sus conocimientos sobre sexualidad. Tiene razón Weis cuando sugiere que querámoslo o no flota en el ambiente el temor a que la exploración científica de la sexualidad y el erotismo infantil resulten dañinos para las criaturas.

La gente con gran frecuencia dice cosas sin base alguna, por ejemplo, se considera que el vecino país del norte es lugar más liberal sobre la tierra, sin embargo, hay territorios donde la gente es más conservadora que en nuestro México. En EU la sexualidad infantil ha sido un tema, largamente marginado pues se considera que es un periodo asexual; pese a que fue muy bien aceptado el Psicoanálisis, y Freud en un principio le diera mucha importancia a la sexualidad infantil.

¿Cuántos investigadores consideran que explorar la sexualidad puede ser dañino para las criaturas?

Las obras sobre desarrollo infantil ignoran este renglón, por ejemplo, Piaget nunca lo investigó y la teoría del sistema familiar lo hace, pero para hablar de Incesto. El abuso sexual se ha convertido en una especie de industria que de una u otra forma ha frenado la investigación en torno a la sexualidad infantil.

Los mayores, con gran frecuencia adulteran los comportamientos de los menores y los tocamientos, que resultan placenteros para estos últimos pues suelen interpretarlos como pecaminosos. Algo que está esperando a que se investigue es “¿A qué, cómo y por qué los tocamientos placenteros tornan a lo erótico? ¿cuándo y por qué sucede eso?”.

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Lo miembros de nuestra especie, al nacer tan desvalidos requerimos la presencia de gente que nos cuide pues de lo contrario no podríamos sobrevivir, y esa aparente debilidad, se ha convertido en una de las principales fortalezas del ser humano. De manera sucinta se puede afirmar, que la socialización resulta de fundamental importancia para el desarrollo de la sexualidad infantil y algunos de sus principales agentes son:

  • progenitores,
  • familia,
  • compañeros de uno y otro sexo,
  • medios de comunicación,
  • religión,
  • escuela,
  • comunidad,
  • noviazgo.

Es importante reconocer la existencia de experiencias sexuales reflexogénicas, por ejemplo, erecciones observadas incluso in útero; es muy factible que la lubricación vaginal ocurra desde entonces y aunque no es imposible, si resulta difícil localizar esa secreción en un medio líquido.

Un par de investigadores estadounidenses, Ford y Beach a quienes debemos mucho porque estudiaron la conducta sexual, tanto en humanos de diferentes sociedades como en diversos animales, reportaron que en sociedades permisivas, las criaturas se tocan distraídamente y llegan a masturbarse después de los seis años, sin que produzca daño o trauma alguno.

Langfeldt se atrevió señalar que criaturas de entre seis y 10 años reportaron sentirse, sexualmente excitados, al pensar en eventos sexuales. Si observáramos con más atención a las criaturas obtendríamos información similar.

Galenson y Roiphe afirman algo que, en primera instancia, puede parecer una perogrullada:  No hay diferencias genéricas en los juegos autoeróticos durante el 1er año de vida. Aunque invita a la reflexión y a validar recientes investigaciones realizadas por sociobiólogos, quienes afirman que chimpancés machos bebés prefieren juguetes que pueden aventarse o rodar, dando a entender que pueden recibir un trato rudo; en cambio chimpancés bebés pero hembras eligieron jugar con muñecas o juguetes a los que cargaban.

Gagnon es un destacado investigador para el cual los seres humanos aprendemos por medio de guiones la forma como la sociedad exige que nos comportemos; en un estudio que realizó a finales del siglo pasado comentó que 86% de su muestra creía que sus preadolescentes se habían masturbado; 60% consideró que era aceptable pero sólo la tercera parte deseaba que sus hijos tuvieran una actitud positiva hacia la masturbación. La complejidad y con gran frecuencia la incongruencia son acompañantes consuetudinarios de nuestra especie.

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En 1948 y 1953, Alfred Charles Kinsey et al  publicaron El comportamiento sexual del varón y El comportamiento sexual de la mujer, respectivamente; la obra se agotó en unas cuantas horas y aunque el trabajo le gustó a muchas personas, encontró grandes oposiciones entre conservadores y uno que otro científico quienes lo catalogaron como metodológicamente erróneo, por ello, lo mismo que a otros investigadores se le dificultó conseguir fondos para continuar su trabajo. Cabe señalar que Kinsey es uno de los bastiones de la Sexología y sus trabajos han servido, no sólo de inspiración sino también para comparar los resultados de casi cualquier encuesta, estudio o investigación.

En el 2003 se publicó un libro en el Instituto Kinsey producto de un taller entre investigadores de diferentes disciplinas que padecieron los embates de otros científicos que insistían en considerar que las criaturas son asexuales. El discurso introductorio estuvo a cargo de Philip Jenkins y realizó un espléndido trabajo porque describió el Pánico moral y afirmó que la respuesta del público a la investigación sobre sexualidad infantil depende de la ideología política del momento. A quienes duden de esta información quizá les convenga saber que una de las primeras acciones del actual Presidente de EU, Barack Hussein Obama II fue derogar la llamada Ley Mordaza Global, por medio de la cual su antecesor Bush, prohibía en EU apoyar a entidades internacionales vinculadas al aborto, es decir, no podían apoyar a Clínicas de Planificación familiar que atendieran a mujeres que habían abortado.

Resulta peculiar que las obras dedicadas al desarrollo infantil (Pedagogía, Medicina, Psicología, Sociología y un largo etc.) dedican, cuando se atreven, unas cuantas líneas al tema de la sexualidad. Por ello quienes trabajan con criaturas se encuentran en una situación difícil, pues rara vez los progenitores abordan ese tópico en casa; unos confían y anhelan que la escuela sea quien lo haga; otros en cambio, no quieren que sus descendientes se vean expuestos a esos contenidos. Mientras tanto niñas y niños realizan actividades en las que el erotismo o al menos la sexualidad se hallan presentes.

Ni duda cabe que el abuso sexual a infantes se ha constituido en un lastre para esta investigación.

Desarrollo intrauterino

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Cuando un espermatozoide penetra a un óvulo, el azar en pleno se pone en marcha, pues de entre los cientos de millones de células sexuales masculinas una será la elegida para introducir parte de ella en el gigantesco óvulo. Las cifras resultan asombrosas pues algunos autores afirman que existen entre 60 y 100 millones de espermatozoides por mililitro cúbico de semen; si el promedio es de unos 3 a 4 ml por eyaculación, en un cálculo conservador: 80 millones por 4 ml tendríamos la nada despreciable cifra de 320 millones de espermas. En cuanto al tamaño se dice que para igualar el peso de un óvulo hacen falta 85,000 espermatozoides, ni duda cabe que el esperma es chiquito pero … No obstante, para que podamos hablar de fecundación el encuentro deberá ocurrir en el tercio externo de la Tuba uterina o Trompa de Falopio.

Una vez que el esperma introdujo su acrosoma en el óvulo hablamos de un Cigoto, es decir, un óvulo fecundado; a partir de ese momento cambia la polaridad de la membrana de la célula femenina y ya no podrá ser penetrada por otros espermas. El material cromosómico de cada uno de los gametos se mezclará y se obtendrá una mezcla única; esa célula se duplicará y lo mismo ocurrirá con el producto de cada una de ellas. Si las cosas marchan bien una semana, aproximadamente, después de la fecundación la Mórula se implantará en el útero, y será a partir de ahí se dice cuando pueda afirmarse la existencia de un embarazo.

En el supuesto de que se hayan unido un espermatozoide Y con un óvulo (siempre son X) hablaremos de un embrión masculino; uno de los genes del cromosoma Y hará que la gónada indiferenciada se llene de tubos, muy delgados y se convertirá en un testículo primitivo; algunas células de él comenzarán la producción de una serie de hormonas androgénicas entre las que destaca la Testosterona. Pareciera que todo está listo para la masculinización sin embargo, para que esa hormona pueda ejercer sus efectos se requiere que penetre a la célula y eso sólo se logra si en el brazo corto del cromosoma X existe un gen para codificar a la Proteína citosólica introductora de andrógenos. A partir de la semana séptima comenzará la masculinización del embrión. Sin embargo, la inexistencia de ese gen condicionaría el nacimiento de una criatura hermafrodita o intersexual. Pero en el caso de si actúe el gen en cuestión, casi al mismo tiempo, los testículos producen la llamada, clásicamente, Substancia de Jost o de forma más descriptiva Substancia inhibidora de los conductos Müllerianos. Sucede que en el embrión existen un par de conductos (Müller y Wolf) que al desarrollarse se convierten en lo que se conoce como dimensión de los genitales internos (útero, tubas uterinas y tercio interno de la vagina o próstata y conductos deferentes).

Los genitales externos, tanto masculinos como femeninos también derivan de unas estructuras comunes: tubérculo genital y protuberancia labio/escrotal.

Los seres humanos nacemos con un sexo: femenino o masculino y la sociedad, en base a apariencia de los genitales externos nos asignará un género: fue niño o fue niña. En la actualidad se diagnostica antes del nacimiento al interpretar el ultrasonido.

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Chambrita hecha por Guadalupe Azuara

Se pierde en la noche de los tiempos cuándo, dónde y quién asignó el color rosa para las niñas y el azul para los niños pero quedan el blanco y el amarillo para quienes ignoran el sexo de la criatura a la que le regalarán una chambrita cuando vayan a conocerla.

Aunque conforme pasa el tiempo los nombres suelen compartirse, todavía la mayoría de los masculinos terminan en O y los femeninos en A, hay sus honrosas excepciones; a modo de ejercicio: enliste cinco nombres de mujer que terminen en O. Créanlo o no, lo más probable es que, a partir de este 2009 aparezcan nombres de varón terminados en A porque se pondrá de moda llamar al niño: Obama.

El trato diferenciado para las criaturas comienza, desde su nacimiento se les carga de diferente manera y se les habla más, o menos y con distinto volumen. Ya hablamos de que se le viste de modo específico pero además juguetes y juegos suelen diferir. Basta que quienes lean este escrito recuerden a qué jugaban en la infancia; una gran cantidad de juegos masculinos se desarrollaban en la calle y tenían la característica de que siempre existía un ganador y en consecuencia un perdedor; los juegos de las niñas suelen desarrollarse en la casa y tienden a la integración, por lo tanta es fácil aceptar, que la competencia es algo que se integra al comportamiento masculino desde la más tierna infancia.

El Sistema nervioso del ser humano termina de desarrollarse después del nacimiento; conforme la Mielina (substancia que recubre las fibras nerviosas) aparece, los movimientos de la criatura se hacen más precisos, de tal modo que los repetirá si la sensación que percibe, después de tocarse (al principio por azar) le resulta agradable y eso querámoslo o no es una muestra patente de aprendizaje. Si le gusta tocarse la oreja, los dedos de la mano, los pies o  la cabeza, los progenitores se mostrarán satisfechos de las gracias que hace, pero si los tocamientos se dirigen a los genitales las preocupaciones pueden aparecer y por ello se intentará distraerle o se le reconvendrá con dulzura: No se toque ahí; así no se juega y cosas parecidas. Los progenitores temen que si no hacen algo al respecto después no podrán controlarle. No obstante, con independencia de lo que teman y piensen los padres, los niños pequeños descubren que tocar los genitales puede resultar placentero e incluso algunos tienen erecciones cuando les quitan el pañal.

A los dos o tres años les gusta tocarse los genitales, y algunos padres lo interpretan como masturbación. Por esas épocas igual se muestran interesados en las diferencias físicas y al orinar, tanto que algunas niñas orinan paradas.

Entre los cuatro y seis se sienten fascinados por los efectos que causan en sus oyentes al jugar con palabras escatológicas, de seguro en eso se basaron los Punkitos cuando crearon aquella inspirada canción que dice más o menos así:

Pipí, caca, culo, pis que en México adaptamos a:

Pipí, caca, culo, pedo, chis.

Pese a cuanto puedan ofenderse las buenas conciencias está claro que ese tipo de palabras (sucias) no se usan en un contexto sexual, más bien sirven para estremecer y poner a temblar. De nueva cuenta se puede aprovechar la situación y desde una postura amable, respetuosa de la broma, hacerles comprender que no toda la gente está preparada, ni tampoco dispuesta a escuchar tales expresiones, por tanto, habrá que respetarles. En concreto habrá que enseñarles dónde y dónde no utilizarlas.

&& 6 && Educación sexual

A estas edades ya demandan privacidad y jugar al Doctor les resulta muy atractivo pero prefieren hacerlo en la intimidad, no sea que se infarte alguien que les sorprenda. Ni duda cabe que algunas reacciones exageradas de los adultos son más dañinas que la conducta de la criatura.

Muchas madres pueden quedar estupefactas al sorprender a su criatura frotándose, cuasi compulsivamente los genitales con las manos o con un muñeco o con el brazo de un sofá, contra la cama o moviendo a toda velocidad las piernas. Se evidencia en el esfuerzo en la cara y a veces están tan concentradas en esa actividad, que no se percatan de lo que sucede en su derredor. Los movimientos aumentan en frecuencia y velocidad hasta llegar a un máximo después de lo cual quedan relajadas. Si UD se pregunta: ¿Por qué hacen eso si son tan pequeñas? lo más factible es que lo hagan porque les produce sensaciones placenteras. En los ranchos dicen: Si tiene orejas de conejo, colita de conejo y brinca como conejo … es conejo. Una gran cantidad de seres humanos realizó actividades similares a las descritas, en infinidad de ocasiones antes de enterarse de que a eso le hemos denominado Masturbación, término proveniente del latín y que hace alusión a la mano que turba, que profana, es decir, se refiere a algo negativo. Menores de uno y otro sexo son capaces de llegar al orgasmo pero a diferencia de los adultos los niños no eyaculan.

La curiosidad es algo que caracteriza a las criaturas, de uno y otro sexo; el juego es una actividad más seria de lo que se imagina el común de la gente y permite el aprendizaje. Cuando las familias se reúnen para festejar algo suelen mandar a que las criaturas jueguen en un espacio apartado pues resulta muy molesto el escándalo que producen, sin embargo, casi siempre será una mamá la que enarcando la ceja diga: Voy a ver que están haciendo esos chamacos porque están muy calladitos.

Entre los juegos favoritos de la gente menuda están: Te enseño y me enseñas; El doctor; Papá, mamá y los hijos, etc. En muchos de ellos se dan la desnudez y los tocamientos; un análisis elemental advierte que con gran frecuencia repiten parte de lo que observan en la cotidianidad, no sólo la de la casa si no también y de forma importante de la taravisión, perdón, televisión. La intención de lo que realizan, no necesariamente, corresponde con lo que piensa e interpreta el adulto que les sorprenda, esto es, la gente mayor suele adulterar lo que observa. El escándalo y los castigos pueden dejar huellas importantes en los menores de edad que a partir de ese momento intentarán ser más cuidadosos para que no les vuelvan a pillar, de modo que el juego se transforma en una actividad clandestina. En términos generales cuando los juegos se realizan entre menores de edades semejantes no existe mayor peligro, casi todo mundo participó en ellos, pero el Alzheimer suele asaltarnos cuando tenemos descendencia y recordamos nada de aquellos tiempos.

Cuando la diferencia de edad, entre quienes juegan, es mayor de cinco años se sugiere una supervisión más estrecha. Muchas  de las criaturas que han padecido abusos sexuales pueden tratar de repetir el abuso con otras personas, por lo tanto requieren ayuda en vez de recriminaciones.

Medio en broma se afirma que la palabra que más escuchan los menores de edad es “No”, sin embargo, casi nunca se les respeta cuando son ellos quienes la emiten; razones para que eso suceda abundan pero vale la pena enfatizar que conviene que las criaturas puedan decir NO de forma categórica y eso puede lograrse si se ensaya con ellos. Y es que por increíble que parezca, el significado de estas dos letras depende de la situación, la fuerza, la postura corporal y el énfasis con que se pronuncien.

Vale la pena hablarles sobre privacidad e intimidad pero se requiere que se respeten dichos conceptos. Algunos padres se ufanan de que vigilan estrechamente a sus descendientes pues les exigen que dejen abiertas las puertas de sus cuartos. Es evidente que esa acción coarta la intimidad y a la larga eso se convierte en una invitación a buscar otros espacios donde poder satisfacer ya sean sus necesidades fisiológicas o su curiosidad.

Freud tuvo mucha razón cuando dijo, palabras más palabras menos: Los niños son polimorfos perversos; según el Padre del Psicoanálisis podían expresar su sexualidad de muy diversas formas, pero en aquella época perverso hacía referencia a la no reproducción. En concreto: hicieran lo que hicieran no tendrían descendencia. Sin embargo, en la actualidad, perverso, significa:

  1. Sumamente malo, que causa daño intencionadamente.
  2. Que corrompe las costumbres o el orden y estado habitual de las cosas.

En cierta forma podría encajar un poco con la segunda acepción porque una gran cantidad de personas considera que las criaturas son asexuales, que el erotismo surgirá, de forma gradual, en la pubertad con el incremento hormonal; por eso cuando se enteran que su criatura practica tales actividades consideran que la están influyendo y pervirtiendo.

&& 7 && Latencia

Debemos agradecerle a Freud porque se atrevió a tocar el tema la sexualidad infantil, sin embargo, muchas de sus afirmaciones han sido cuestionadas:

  • Universalidad de los Complejos de Edipo y Electra,
  • La envidia, femenina del pene,
  • La fase de latencia.

Por todo lo antes mencionado vale la pena tener en cuenta lo propuesto por Jane Gilgun:

  • Los juegos entre chicos de edades similares no son abuso.
  • La curiosidad acerca de las partes sexuales forman parte del desarrollo.
  • Las actividades que involucran partes sexuales no necesariamente son eróticas en los menores.
  • Una guía adecuada posibilita sexualidad sana y tanto actitudes como conductas responsables.

Una gran cantidad de menores de edad, por diversas razones, no le comunican a sus progenitores sus dudas en torno a la sexualidad y es factible que lo haga con la profesora u orientadora; es una gran oportunidad que no debe soslayarse. Es necesario que esté abierta a identificar si ha presentado cambios conductuales importantes que pueden relacionarse con:

  • Lesiones o infecciones en genitales,
  • Conocimientos de temas y conductas que no corresponden a su edad,
  • Compulsión a juegos sexuales o masturbación,
  • Miedo a situaciones o personas,
  • Si comunica que le han tocado y le ha molestado,
  • Si le han enseñado o tomado fotos atrevidas,
  • pero recuerde que los cambios conductuales, no sólo son provocados por factores sexuales.

Si dice que padeció abuso:

  • Créale, dígale que estuvo bien se lo comunicara y que buscarán ayuda.
  • Conserve la calma,
  • No lo cuestione,
  • Consulte a un experto,
  • Apunte lo que diga u observe de la criatura,
  • Es importante que los progenitores reciban ayuda también

En el último decenio la evidencia indica que niñas y niños se involucran en ciertas conductas sexuales pero no todas son indicativas de abuso sexual.

  • Las conductas sexuales se observaron más en criaturas de 2 a 5 años y tienden disminuir conforme crecen ya que son más pudorosos y tienen un mayor autocontrol.
  • Cada caso de conducta inusual debe analizarse en su contexto.
  • Cuidado con acusar sin bases.

El tema del divorcio se vuelve cada día más frecuente y viene a colación porque algunos padres (varones divorciados) se reprimen de acariciar a sus criaturas por miedo a que se les acuse de abuso sexual, sin embargo, debe quedar muy claro que los juegos sexuales son frecuentes entre los preescolares.

Después de los 10 años la masturbación es frecuente pero en privado, rara vez en público, eso demuestra que la Socialización le ha servido. Cuando por cualquier razón se toque el tema conviene enfatizar, que todas las cosas que dicen le pasan a quien se masturba son mentiras. A veces se puede hacer una dinámica en la que expongan lo que han escuchado al respecto e ir deshaciendo las falacias.

Adolescencia

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A diferencia de la sexualidad infantil, sobre la del adolescente se ha escrito mucho y se han realizado un sin fin de investigaciones, desde diferentes perspectivas y quizá por ello, pocas han sido las coincidencias.

Spanier desde mediados de los 70 señaló que una ola de moralismo, incluso por parte de los investigadores, ha teñido los escritos en torno a la sexualidad adolescente; se señala que las relaciones prematrimoniales (RP) constituyen conductas desviadas, violaciones de las normas sociales y un problema creciente.

Otros estudiosos han señalado que la virginidad prematrimonial ha disminuido, tanto como concepto como realidad y además argumentan que las relaciones basadas en el amor justifican la actividad sexual.

Pese a las mojigaterías tan extendidas la gente se ha comido el pastel desde siempre. A continuación algunos resultados de diversas investigaciones que invitan a reflexionar:

  • Un estudio sobre matrimonios en Groton, Massachusetts de 1761 a 1775 demostró que un tercio de las mujeres se casaba embarazada.
  • Terman (1938) nacidos antes de 1890: 50% de los hombres y 13% de las mujeres tuvieron RP; 2/3 de ellos lo hicieron con alguien diferente a su futura esposa; 2/3 de ellas lo hicieron con su futuro esposo. Nacidos después de 1900; 2/3 de los hombres y cerca de la mitad de las mujeres tuvieron RP; cerca del 50% tuvieron relaciones con su futuro cónyuge.
  • Kinsey (1953). Nacidas antes de 1900 ¼ de mujeres tuvo RP; 50% de las nacidas después de 1900 tuvo RP. Los cambios más espectaculares fueron en los locos 20’s.
  • Ehrman. Los hombres tienden a tener la mayor parte de sus relaciones con mujeres de una clase social más baja que la suya pero tienden a casarse con mujeres de su clase social; cuando están en una relación formal es menos probable que lleguen al coito. Las mujeres que están en una relación formal es más factible que lleguen al coito.
  • Hass (1979), Newcomer y Udry (1985) afirman que el sexo oral ha aumentado entre adolescentes; 16 a 25% de quienes no tienen relaciones lo han practicado.
  • Hofferth, Kahn y Balwin (1987) se ha incrementado, dramáticamente el riesgo de embarazo premarital.
  • De quienes nacieron entre 1938 a 1940 33% tuvieron RP y 65% de quienes nacieron entre 1953-55.
  • McCleary (1992) en 1988 ¼ de mujeres tuvieron RP a los 15 años y 60% a los 19. Un tercio de los hombres tuvo RP a los 15 años y 86% a los 19 años.
  • Las RP seguirán pues los factores que influyen en ellas son: industrialización; rápida transportación; citas, relaciones de compromiso.
  • En los países industrializados existe una mayor permisividad para las RP.
  • Según Clayton y Bokemeir (1980) la permisividad para las RP entre los hombres ha llegado a las mujeres, sobretodo a partir de que se menciona el amor, si alguien lo duda recuerde la famosa y manida frase de: Dame una prueba de tu amor.
  • Las investigaciones sobre la sexualidad en el adolescente se centran en el coito y soslayan otros tipos de actividad sexual.
  • Weis (1983) Los adolescentes realizan diferentes actividades sexuales y eso puede postergar la RP, además funcionan como ensayo y permiten que las chicas obtengan más cosas positivas de la primera relación sexual.  Algo que debiera hacernos pensar: es más factible que las escandinavas disfruten más su primera relación que jóvenes de otras naciones.
  • Zelnik y Shah (encuesta nacional 1983) más hombres que mujeres tuvieron su primera relación con alguien a quien apenas conocían. La mayoría de los estadounidenses dice que su primera relación fue espontánea, es decir, no planeada. 17% de ellas y 25% de los varones lo planearon; menos de la mitad usaron un método anticonceptivo. Quienes tuvieron su primera relación después de los 18 años fueron más proclives a usar algún método anticonceptivo.
  • Los jóvenes rara vez tienen su primera relación con una prostituta;  ha aumentado el número de parejas, prematrimoniales, tanto en chicos como en chicas, aunque no tanto como se ha dicho.
  • Ha aumentado el número de embarazos en mujeres no casadas, sin embargo, no sucede lo mismo entre las europeas, donde la sexualidad adolescente se ve como natural. Sorensen (1973 y Zelnik (1981) dicen que de dos tercios a tres cuartos de adolescentes en EU rara vez o nunca usan anticonceptivos. Banwart y Foreman (1975) relacionan el uso de anticonceptivos en los jóvenes con: permisividad hacia la sexualidad adolescente; confidencialidad e involucramiento en la relación.
  • Spanier (1975) y Wilson (1994) señalan que la mayoría de los adolescentes obtienen información sexual de sus compañeros y de los medios de comunicación más que de los padres o de la escuela.
  • Miller y Moore (1990) Los jóvenes se sienten omnisapientes e inmortales por tanto minimizan la actividad sexual riesgosa; de nueva cuenta llama la atención que no ocurre lo mismo en Europa.
  • La acción hormonal no es la principal causa de las RP; de modo que quizá no sea tan cierto aquello de: Hormona mata neurona.
  • Muchos religiosos y políticos han querido ver a las RP como un fenómeno delictivo que por tanto debe combatirse
  • Una gran cantidad de adolescentes se sienten culpables por tener relaciones pero a mi me parece que sería preferible que se responsabilizaran de sus actos y eso es algo en lo que podemos intervenir.
  • Lo ideal es no casarse con sus ideas, conviene escuchar y sopesar otras; algunos investigadores pareciera que usan el Lecho de Procusto y eso a todas luces, aparte de retrasar el conocimiento perjudica a los adolescentes.
  • La llegada de los sociobiólogos ha dado pie a un incremento de hipótesis, una de las que más llama la atención es que las hembras pueden seducir a los machos o que ellos pueden detectar a las hembras más proclives a un encuentro erótico sexual, aunque eso redunda en que lo importante es la fecundación; por supuesto lo anterior lo hacen extensivo a nuestra especie.

La Educación de la sexualidad es preferible iniciarla desde la más tierna infancia y tener presente que no comienza en la escuela sino en el hogar de cada una de las personas, donde el ejemplo se constituye como la técnica omnipresente.

Uno de los científicos mexicanos más importantes decía: Aquí el único que tiene razón es el gato, estoy totalmente de acuerdo con el Dr. Arturo Rosenbleuth, sobretodo tratándose de investigaciones en sexualidad humana, más que preguntarle a terceros deberíamos de trabajar con los individuos en cuestión y antes de que decir: No se puede, idear metodologías para conseguirlo.

Bibliografía

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