Eyaculación precoz

En su primera acepción el Diccionario de la Real Academia Española define de la siguiente manera a la Moda:

Uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país, con especialidad en los trajes, telas y adornos, principalmente los recién introducidos. 

Puede sonar frívolo iniciar de esta forma la sesión pero si se mira con atención se aceptará que la moda también llega a la Sexualogía, y las disfunciones sexo eróticas constituyen una de las pruebas más palpables al respecto, trataré de explicarme. El notable auge que ha tenido la Disfunción eréctil en el último decenio, poco a poco cederá paso a la  Eyaculación precoz; lo anterior no obedece a que exista una epidemia del tipo AHLNL (Elba Esther dixit) sino que a partir del lanzamiento de un fármaco para prolongar el lapso en que se eyacula, mientras dura el efecto de la pastilla, una gran cantidad de varones se lanzará en pos de la píldora mágica que remedie todos sus males.

La alquimia sexual, desde tiempos inmemoriales ha buscado el afrodisiaco capaz de templar al varón y provocar a la  fémina; algunos de los ejemplos más remotos son:

Mandrágora,

Cantárida, y en nuestras tierras:

Yaca,

Tegogolos.

Quizá hayan funcionado en la primera ocasión pero el retorno de las fallas, condiciona la persistente búsqueda del Sexygrial.

Sin embargo, las cosas han cambiado, sobre todo a partir de las aportaciones de Masters y Johnson pues ahora se es más específico, es decir, se determina cuál fase de la curva de la respuesta sexual está alterada y se averiguan la o las causas de las problemáticas para proporcionar el remedio correspondiente. La automatización en pleno. Si la máquina se descompuso cambiemos el dispositivo y asunto arreglado. No obstante, como se verá las cosas no son tan sencillas.

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Es indudable la existencia de un gran mercado potencial, sobre todo, porque querámoslo o no siguen existiendo un sin fin de definiciones en torno a esta disfunción y cuando algo así ocurre es evidente la falta de acuerdo. Se intenta ser más objetivos y por tal motivo se inventan nuevos y sofisticados parámetros como el tiempo de latencia intravaginal, el cual de entrada soslaya a la población homosexual que practica el coito anal ¿Será prejuicio o será que entre los gays los coitos no son tan coititos?

Datos de diversas investigaciones a lo largo de muchos años coinciden en señalar que más de un tercio de los hombres eyacula a gran velocidad o al menos, involuntariamente. Cuando la pareja de uno de estos varones lo acusa de insensible, tiene toda la razón porque él no siente lo que técnicamente denominamos Inminencia eyaculatoria,  carente del más mínimo control simplemente: se viene. Helen S. Kaplan señaló: … la causa inmediata siempre presente, de la eyaculación precoz es una falta de percepción de las sensaciones sexuales. (Kaplan, 1989).

Dice Ruy Pérez Tamayo que el Dr. Arturo Rosenblueth escribió en un letrero: En este laboratorio el único que siempre tiene la razón es el gato. (Pérez Tamayo). Esto viene a colación porque aparte de las mediciones cronométricas que bien pueden clasificarse como objetivas y cuantitativas, es menester averiguar lo que experimentan ambos miembros de la pareja, es decir, tanto penetrador como penetrada.

El Dr. House sentencia: Todos mienten pero, no todo mundo lo hace propositivamente, hay quienes sólo piensan en ellos mismos cuando responden quizá por la forma en que interrogamos:

Don Abundio ¿Tiene UD problemas con la eyaculación? Para nada Dr., apenas penetro a mi mujer me vengo enseguida. Conmovedora sinceridad pero sentida como una gran agresión por Doña Emilia… su pareja.

Por lo antes mencionado resulta indispensable que ambos miembros de la díada opinen respecto a qué tan disfrutable o no es la relación sexual. Masters y Johnson enfatizaron: Cualquier forma de incompatibilidad sexual es un problema mutuo que involucra a ambos cónyuges. (Masters y Johnson, 1978).

Remedios para la eyaculación precoz han existido aun antes de considerarla como disfunción pero, su efectividad, lo mismo que la de los afrodisiacos deja mucho que desear. Entre los más socorridos están:

  • Tomar algo de alcohol antes de la relación,
  • Masturbarse previo al coito,
  • Someterse a estímulos dolorosos,
  • Pensar en problemas graves,
  • Realizar operaciones matemáticas difíciles,
  • Usar anestésicos tópicos y
  • Un largo etcétera. 

Aunque cada vez son menos las personas que consideran que eyaculación y orgasmo son sinónimos hay quienes todavía se sienten confundidos por ello el siguiente párrafo ayudara, Benson citado por Lucio nos aclara: La eyaculación consta de dos etapas: emisión seminal y eyaculación propiamente dicha. La emisión es el transporte y reunión de las secreciones del conducto deferente, vesículas seminales y próstata, entre otras glándulas accesorias según la especie, dentro de la uretra posterior. La eyaculación se refiere a la expulsión del líquido seminal hacia el exterior por el meato urinario y depende primordialmente de las contracciones de los músculos perineales, bulboesponjoso e isquicavernoso. (Lucio et al, 1998). El orgasmo por el contrario tiene un componente subjetivo que es todo aquello que el individuo nos dice que siente:

  • pérdida de la conciencia,
  • confusión,
  • me voy al cielo,
  • una especie de explosión.

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Retornando al tema en cuestión, es claro que el fármaco le permite al hombre retardar su eyaculación, mientras dura el efecto pero, de ninguna manera significa que haya desaparecido la disfunción o dicho de otra forma que la haya curado (Bobes, 2000), motivo por el cual resulta indispensable la Terapia sexual. No obstante, conviene tener presente que lo más difícil de  tratar son los resentimientos que suelen tener las parejas de estos individuos (Rosen, 1995). Diversos estudios apuntan que en promedio, las personas acuden a terapia hasta siete años después de padecer dicha problemática. Imaginen sólo por un momento, las frustraciones acumuladas a lo largo de los años por estas féminas, pues cada vez ellas se ilusionan e intentan satisfacer su excitación se encuentran con que su pareja ya terminó.

Cuando uno, en calidad de terapeuta piensa que todo saldrá como viene descrito por los clásicos, es decir, que la pareja seguirá al pie de la letra nuestras indicaciones; que él la acariciará sin prisas y la llevará a excitaciones jamás imaginadas; que él identificará mejor sus inminencias consiguiendo el ansiado control, de repente nos topamos con que las sesiones no se llevan a cabo porque aparecen un sin fin de obstáculos. Al revisar con más calma el caso nos encontramos con que ella boicotea las sesiones porque está muy lastimada; tiene un sin fin de resentimientos acumulados que requieren ser tratados. Esto a mi juicio constituye el principal reto en el tratamiento de la eyaculación precoz para el cual jamás habrá un fármaco.

La terapia sexual resulta muy efectiva para que el hombre aprenda a controlar su eyaculación, sin embargo, es innegable la existencia de un grupo de varones a los cuales les resulta imposible aprender las técnicas. La angustia, el temor al fracaso, la ansiedad de desempeño y la auto profecía son sus rasgos característicos. Incapaces de aprender a relajarse son los consultantes ideales para usar los nuevos fármacos pero, de seguro necesitarán el apoyo terapéutico pues no quedarán conformes aunque duren cuatro veces más dentro de la vagina, sobre todo si recordamos que algunos eyaculaban antes de haber transcurrido unos cuantos segundos y no hablemos de quienes como dirían los clásicos tenían Ejaculatio ante portas; parecidos a ese hombre que cuando tocó a la puerta de la sexoservidora le dijo: ¿Cuánto le debo?

El tratamiento de la eyaculación precoz, lejos de simplificarse por el surgimiento de fármacos que aumentan la meseta exigirá que incursionemos más en los terrenos terapéuticos tanto individuales como de pareja pero eso, lejos de asustarnos nos dede alegrar pues incrementará nuestro desempeño profesional para de ese modo brindar un mejor servicio.

Si para los médicos clásicos la clínica era la reina de la Medicina para el terapeuta sexual lo es el contacto con su consultante; contamos con fármacos para atenderle pero siempre resultará esencial el diálogo cara a cara en el que se privilegie la escucha y donde la empatía juega un papel trascendental.

 

Bibliografía

  • Bobes J.; Dexeus S. y Gibert J. Psicofármacos y función sexual. Editorial Díaz de Santos. España, 2000:91
  • Kaplan, H. Singer. La eyaculación precoz. Cómo reconocerla, tratarla y superarla. Editorial Grijalbo. México, 1989:50
  • Lucio Lucio Rosa Angélica; Zempoalteca Ramírez René; Rodríguez Antolín Jorge; Aguilar Fernando; Flores Rojas Geraldine y Velázquez Moctezuma Javier. Erección, emisión y eyaculación. En: Biología de la reproducción. Libro en Homenaje al Dr. Adolfo Rosado García. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa. México, 1998:319.
  • Masters H. Williams y Johnson E. Virginia. Incompatibilidad sexual. Editorial Intermédica. Argentina, 1978:97
  • Pérez Tamayo Ruy. Ciencias fisiológicas. http://www.colegionacional.org.mx/SACSCMS/XStatic/colegionacional/template/pdf/1983/04%20-%20Ciencias%20fisicas_%20Arturo%20Rosenblueth%20y%20la%20Filosofia%20de%20la%20ciencia,%20por%20Ruy%20Perez%20Tamayo.pdf
  • Rosen C. Raymond y Leiblum Sandra R. Case studies in Sex Therapy. The Guilford Press. USA. 1995.

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