Archivo por meses: junio 2010

¿La confesión y el arrepentimiento son suficientes?

“No preciso decirte que para mí las reformas morales son tan insulsas y tan desprovistas de importancia como las teológicas.”

Oscar Wilde.

Cuando los grupos humanos eran pequeños el líder los controlaba vigilándolos de cerca; cuando crecieron un poco más, requirió la ayuda de colaboradores; cuando fueron mucho más surgieron los vigilantes o cuerpos policiacos pero, sin duda alguna, una de las estrategias más útiles, sobre todo, para grupos religiosos es la culpa; pues de ese modo, se interiorizó al vigilante. La culpa se encuentra, estrechamente, ligada a los pecados los cuales pueden ser de diversos tipos pero que son expiados por medio de la confesión.

El pequeño Fausto hizo su Primera comunión, la verdad es que nunca aprendió los rezos pero se sabía muy bien la cantaleta y eso le bastaba para confesarse cada domingo por la mañana; tan pronto recibía la hostia regresaba a su banco con los ojos en blanco, caminado con paso tan ligero que parecía flotar en el aire, si hasta parecía que estaba en éxtasis pero, apenas trasponía el umbral de la iglesia y jugaba con sus compañeros se le salía alguna grosería que alteraba su estado de pureza. Al principio se alarmaba pero aprendió a no preocuparse tanto pues sólo tendría que esperar al domingo siguiente, la confesión acostumbrada y rezar lo que le tocara como penitencia. Esta costumbre se practica Ad nauseam, en todas partes. La cosa es nada complicada pues sólo implica estar convencido de que: si hago algo malo soy culpable pero, si lo confieso y me arrepiento quedaré eximido de mi mal comportamiento. Método fácil, sencillo y barato pero que visto con cuidado se convierte en una interesante estrategia por medio de la cual, un individuo adquiere la potestad de perdonar y cual si tuviera un as bajo la mango, de condenar a sus feligreses. No obstante, el procedimiento no garantiza que la gente se dirija hacia el bien pues sabe que Por más grande que sea su pecado, una vez que manifieste su arrepentimiento se le perdonará y quedará en ceros.

Aquel bolero (lustrador de zapatos) de la Colonia Narvarte era un hombre canoso, su cara surcada por cientos de arrugas, su voz cascada manifestaba que había fumado muchos años; su piel cetrina y la inflamación de los párpados eran signos de que había consumido alcohol con singular alegría. Ese personaje de rostro mal encarado la mayor parte del tiempo predicaba, a quien atendía pero sobre todo, a los jóvenes que se abstuvieran de fumar, beber, decir, groserías y de tener relaciones porque “todo eso es pecaminoso”; enfatizaba que “el camino al cielo exige muchos sacrificios pero podremos lograrlo si nos arrepentimos de corazón y cambiamos”. Nos compartió que vivió de forma disipada; practicó todos los vicios; fue un mujeriego de siete suelas;  peleaba con todo aquel que lo viera feo; que en varias ocasiones robó porque no tenía para tomar y le caían mal los “Teporochos” esos borrachos que siempre te saludan y hablan con mucho respeto, después de lo cual te solicitan “Jefecito, respetuosamente le pido me regale un pesito para curármela” . Sin embargo, un par de años antes, “La luz del señor me iluminó y me puse como penitencia convencer a la juventud para que enmiende sus males”. Nos recitaba pasajes (los mismos) de la Biblia que se sabía de memoria; Óscar le mencionaba otros capítulos o historias del mismo libro o le preguntaba de otras cosas y el bolero hacía como que no lo escuchaba y seguía, con su mismo discurso y cuando lo contradecíamos se enojaba. Luis uno de los cuates más cábulas del barrio, después de escucharlo un buen rato le dijo: “Mire Don ni crea que cambiaremos ahorita, porque nos reventaremos como UD y ya cuando estemos chochos nos arrepentiremos porque al fin y al cabo, todo se perdona”.

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Esto que puede parecer un chiste fue verdad y sucede con mayor frecuencia de la que creemos, por ejemplo, se sabe que entre los 60‘s y los 80‘s un sacerdote belga, violó a cerca de 12 mujeres que estaban en estado de  coma en un hospital del norte de Flandes; su labor, oficialmente, consistía en brindar apoyo psicológico a los familiares y en dar la extremaunción a las moribundas. Las autoridades del nosocomio estuvieron enterados de los hechos, pero hicieron nada pese a que hubo testigos presenciales y no se ha dado el nombre del sacerdote, ya fallecido, por respeto a sus familiares. Debo aclarar que eso de por respeto a … no tiene nada que ver con Televisa, a menos que su ejemplo haya calado fuerte e internacionalmente.

El sacerdote Norbert Bethune dice tener en su poder una carta del sacerdote violador en la cual: … confiesa todos los hechos y muestra su arrepentimiento y tristeza profunda por lo sucedido. De nueva cuenta el manido argumento de que sufrió mucho por todo el daño que hizo; que comprende a las víctimas, les pide perdón en silencio y todas sus oraciones las eleva para ellas; palabrería hueca y nada más.

La carta la entregó a finales del 2009 para: … irse en paz con su conciencia tranquila. El viejo estilo de embaucar para evadir las responsabilidades, aunque debemos reconocer los esfuerzos que hace gente como  Bethune pues asegura que publicará … los escándalos sexuales cometidos por miembros de la iglesia católica belga cometidos entre los años 60 y 80. (El mundo, 2010).

Las preguntas brotan de inmediato: ¿Y en México cuándo? ¿Llegará el tiempo en que los jerarcas de la iglesia católica dejen de hablar con vaguedades y de verdad agarren el toro por los cuernos? 

No estoy de acuerdo con la culpa y la confesión, por lo arriba descrito prefiero la Responsabilidad, que implica responder a cada uno de nuestros actos.

Casos como el aquí descrito me confirman que a la gente conservadora le molesta que se hable de Educación de la sexualidad porque se aleja de los esquemas autoritarios; pretende dotar a los individuos con estrategias y herramientas que les permitan tomar decisiones y responsabilizarse de sus acciones. También invita a dudar más que a creer a pie juntillas, pero también a investigar.

La confesión invita a que otro me juzgue, dicte sentencia y a final de cuentas me exonere de mis actos; una de las propuestas de la educación sexual es que la gente realice exámenes de conciencia; reconozca tanto sus defectos como sus cualidades, se informe, se respete a sí mismo, igual que a los demás y asuma las consecuencias de sus actos. Lo que no agrada, al grupo conservador, es que mucha gente perdería cotos de poder pero deseo enfatizar, que no se está en contra de las religiones, más bien a favor del respeto.

Bibliografía:

  • Un sacerdote belga violó a una decena de mujeres en coma hospitalario. www.elmundo.es  Junio 7 del 2010.
  • Wilde Óscar. De profundis. En: Obras selectas. Edimat libros. España:283