Archivo por meses: octubre 2011

Elogio de la ancianidad

(Epístolas morales a Lucilio)

Séneca.

Editorial Iberia. 2007.

Es uno de esos libros para los cuales se requiere una gran cantidad de marca texto, café, música y tiempo para meditar en todas y cada una de sus propuestas; con independencia de lo que muchos afirman del autor, es decir, hay quienes destacan sus incongruencias, entre las cuales sobresale haber sido tutor o consejero de Nerón. Otros afirman que es el máximo exponente del Nuevo estoicismo, aunque debemos de enfatizar que cita con frecuencia y no se cansa de ensalzar a Epicuro. También dice: La filosofía no enseña a hablar, sino a actuar, y exige que todo el mundo viva conforme a su ley, que la vida no contradiga la palabra y que no exista discrepancia entre los diferentes actos de la vida, que todos ofrezcan el mismo color. El deber más grande de la sabiduría, y al mismo tiempo el mejor indicio, es la concordancia entre las obras y las palabras, la constante igualdad del hombre consigo mismo. Si Séneca no cumplió con sus propuestas eso no significa que nosotros no podamos intentar hacerlo mejor que él. 

Este pequeño ejemplar de 118 páginas comprende cartas para Lucilio donde le aconseja, guía y deja como regalo, casi al final, de cada una de ellas sentencias, la inmensa mayoría de Esquilo. Si bien el título indica que se abordara, sobretodo, el tema del envejecimiento incursiona por otros que sirven para enriquecer la obra.

Con gran frecuencia toca los temas de la pobreza y por supuesto, de la riqueza; algunas de sus propuestas nos obligan a pensar y sopesar lo que dice: No tengo por pobre a quien algo le sobra, por poco que sea. Se atreve a reconocer hasta lo dicho por quien denigró a su maestro Epicuro, Estilbón: Si alguien cree que lo que posee no es bastante, será un miserable aunque sea el dueño del mundo.

Respecto a la responsabilidad me parece que se queda en lo Convencional pues propone: ¡Cuan venturoso el que tiene alguien a quien venerar, de tal suerte que el solo recuerdo de éste puede ordenar y componer el alma de aquél! Me parece que lo ideal es que actuemos bien porque es lo correcto, es decir, hacerlo en automático y no por quedar bien con otro.

Creo que a veces se resigna como cuando comenta: ¡Cuan dulce es haber fatigado y abandonado los deseos! Digamos que aquí no estoy tan de acuerdo con Séneca y menos aun si se refiere al potencial eróticosexual.

A quienes consideran que los libros constituyen una de las mayores riquezas les dice: Muchedumbre de libros disipa el espíritu; y por tanto, no pudiendo leer todo lo que tienes, basta que tengas lo que puedes leer; debo confesar que después de leer esto me deshice de algunos libros, por cierto resultó difícil, pero me sorprendió  y llamó mucho la atención, encontrar alguien que los aceptara.

Invita a confiar, totalmente, en aquellos a quienes consideramos amigos y también señala que a veces hay que hacerles sufrir para que comprendan los equívocos de su conducta.

Enfatiza que aprendemos enseñando y destaca lo dicho por Esquilo: Todos mis bienes están en mi.

Ni duda cabe que la terapia debe mucho a éste y otros filósofos, algunas de las cosas que menciona las enmarcarían escuelas como la de la Terapia cognitiva conductual. La Carta XIII. De la valentía que debe tener el sabio, es una de las que más me gusta y creo que cualquier terapeuta la valoraría. He aquí algunas cuantas perlas:

  • Las fieras huyen de los peligros que ven, y cuando han huido están tranquilas: nosotros nos atormentamos por el futuro y el pasado.
  • Más numerosas son, Lucilio, las cosas que nos asustan que las que verdaderamente nos atormentan, pues a menudo nos hacen sufrir más la aprensión que la realidad.
  • Lo que sí te recomiendo es que no te hagas desgraciado antes de tiempo, ya que tal vez no lleguen nunca aquellos males que has tenido por inminentes, y la realidad es que aun no han llegado.
  • Después veremos si estos males reciben su fuerza de ellos mismos o de nuestra flaqueza.
  • La competencia provoca la disputa.

Con frecuencia insiste en revisar nuestro propio comportamiento Si vives lo dictado de la Naturaleza, nunca serás pobre; pero si vives al dictado de la opinión, nunca serás rico.

Propone controlar la ira porque de lo contrario daña la salud y vale la pena recordar que también escribió un libro titulado De la ira y la clemencia.  

Carta tras carta nos topamos con invitaciones a reflexionar sobre cuánto de nuestra existencia o modo de vivir resulta superfluo, más aun cuando vivimos en una sociedad consumista, El vientre no escucha órdenes: reclama, exige. Pero no es un acreedor molesto; con poca cosa se le despacha mientras le des lo que le debes, no lo que podrías darle. 

Propone algo que resulta por demás interesante He aquí lo primero que debes aprender Lucilio: a gozar. Pero también advierte: Perezcan tus vicios antes que tú.

Vale la pena leer, analizar, reflexionar y tener a la mano este pequeño gran libro.

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¿Existe la adicción sexual?

El tema, aunque no puede decirse que sea nuevo se ha puesto de moda pese a no contar con un buen sustento desde el punto de vista científico pero como llama tanto la atención, los medios lo han recibido con beneplácito pues resulta muy atractivo para todo tipo de auditorio. Desde hace mucho tiempo se ha hablado de él sólo que usando términos como: Ninfomanía y Satiriasis.

El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) da el siguiente significado para Ninfómana: mujer que padece de ninfomanía.

Pero en Ninfomanía nos remite a buscar Furor uterino y dice el respecto: Deseo violento e insaciable en la mujer de entregarse a la cópula. Resulta interesante el rodeo que da el diccionario pero de acuerdo a su definición la conducta compulsiva de la fémina en cuestión nada tiene que ver con la masturbación.

El mismo diccionario dice respecto a Satiriasis: Estado de exaltación morbosa de las funciones genitales, propio del sexo masculino.

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La adicción sexual también se ha denominado:

  • Hiperfilia (Money, 1980)
  • Trastorno hipersexual (Krueger & Kaplan, 2001; Stein & Black, 2000; Stein, Black, & Pienaar, 2000),
  • Trastorno relacionado con parafilia (Kafka, 1991, 2007),
  • Conducta sexual compulsiva (Black, 1998, 2000; Kuzma & Black, 2008),
  • Adicción sexual  (Carnes, 1983, 1990, 1991),
  • Conducta sexual impulsiva-compulsiva  (Raymond, Coleman, & Miner, 2003),
  • Conducta sexual fuera de control (Bancroft, 2008).

Ninfomanía y Satiriasis prácticamente ya no se usan por los profesionales serios y sólo permanecen en el anecdotario, los términos arriba enlistados pretenden ser menos peyorativos y más descriptivos pero resulta claro que no existe uniformidad en sus apreciaciones.

El uso del adjetivo Adicción tampoco resulta muy afortunado porque de acuerdo con el DRAE significa:

  1. Hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos.
  2. Asignación, entrega, adición.

El Diccionario de la Universidad de Salamanca resulta un poco más útil porque dice:

  1. (Psiquiatría/Psicol) Dependencia hacia el consumo de sustancias; deseo compulsivo por una actividad o relación.

Ya no se circunscribe a una sustancia o a un juego habla de una compulsión, sin embargo, algunos autores señalan que antes de emitir juicios en torno al comportamiento sexual sería necesario establecer parámetros claros sobre lo que puede entenderse como Normal lo cual se dificulta porque un gran número de personas concibe lo normal desde el punto de vista Valorativo (lo que es bueno, sano o deseable) y no desde el punto de vista estadístico (basado en la frecuencia) por tanto, en vez de opinar en base a datos concretos y precisos se emiten juicios de valor.

Para algunos autores estas persona actúan de esa forma debido a que tienen un intenso temor a relacionarse románticamente, estos autores prefieren hablar de Conductas sexuales fuera de control.

Se desconoce su causa lo mismo que su tratamiento. Un dato interesante es que 3 a 6% de la población en EUA lo padece. (1)

Sexualidad compulsiva: conducta insistente, compulsiva, repetitiva, intrusiva, es un impulso no deseado a realizar actos específicos frecuentemente en actos ritualizados. (Kalichman y Rompa, 1995).

Patrón de participación en actividades sexuales de forma persistente y en escalada con  potenciales consecuencias negativas para si mismo y otros o el impulso para participar en tales actividades. (National Council on Sexual Addiction and Compulsivity)

Conducta peligrosa por riesgo de infecciones de transmisión sexual (ITS) que pueden llegar a ser mortales.

Por supuesto la gente comenta algunas causas para la existencia de esta conducta pero quien tiene este comportamiento con frecuencia argumenta:

  1. Mi apetito sexual ha interferido en mis relaciones,
  2. Mis pensamientos y conductas sexuales causan problemas en mi vida,
  3. Mis deseos de tener sexo irrumpen mi vida diaria,
  4. Con frecuencia fallo en mis compromisos a causa de mis conductas sexuales,
  5. A veces me siento tan excitado que podría perder el control,
  6. Me sorprendo pensando en cosas sexuales en mi trabajo,
  7. Pienso que los pensamientos y sentimientos sexuales son más fuertes que yo,
  8. Tengo que luchar para controlar mis pensamientos y conductas sexuales,
  9. Pienso en el sexo más de lo que quisiera,
  10. Es difícil para mi encontrar parejas que quieran tener tanto sexo como yo quiero. (2)

Hipersexualidad parece ser un término más neutral.

Groneman (2000) pregunta:

  • ¿cuánto sexo es mucho?
  • ¿cuánto es suficiente?
  • ¿quién lo decide?

Para que se considere Trastorno Hipersexual debe cumplir con:

A) Debe tener al menos 6/12 de fantasías sexuales intensas y recurrentes; urgencias o comportamientos sexuales relacionadas con tres o más de los siguientes criterios:

  1. El tiempo consumido por la fantasías, urgencias o conductas sexuales repetitivas interfiere con otras (no sexuales) metas, actividades y obligaciones,
  2. Participaciones repetitivas en fantasías, urgencias y conductas sexuales en respuesta estados de ánimo disfóricos (ansiedad, depresión, aburrimiento, irritabilidad),
  3. Engancharse repetitivamente en fantasías, impulsos o conductas sexuales en respuesta a eventos estresantes,
  4. Repetitivos pero inútiles esfuerzos para controlar o disminuir significativamente las fantasías, impulsos o conductas sexuales,
  5. Engancharse repetidamente en conductas sexuales sin tomar en cuenta el riesgo físico o emocional para sí mismo o para otros,
  1. Existe angustia personal física significativa o deterioro social, ocupacional o de otras áreas importantes relacionadas con la frecuencia e intensidad de esas fantasías, impulsos o conductas sexuales,
  2. Esas fantasías, impulsos o conductas no son debidos al efecto fisiológico directo de substancias externas (drogas adictivas o medicación).

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Después de lo antes mencionado es evidente que los investigadores no logran ponerse de acuerdo pero, la conducta existe, se le llame como se le llame. Sin embargo, es necesario tomar en cuenta que no porque alguien disfrute viendo páginas con material sexualmente explícito (pornografía) en internet eso le convierte en un enfermo; las cosas se complican cuando el individuo manifiesta que no tiene control de sus impulsos o que necesita realizarlos porque de lo contrario la angustia le hace sentirse muy mal, es en esos casos cuando el individuo requiere asesoría por parte de un especialista que maneje ese tipo de cuadros.

Que una persona prefiera recurrir a la pornografía para masturbarse en vez de estar con su pareja o que alguien sea capaz de pagar a una sexo-servidora en vez de tener relaciones sexuales con su cónyuge son conductas que han existido desde tiempos inmemoriales y cuando ha ocasionado problemas las personas involucradas lo han resuelto de diferentes maneras.

Llaman la atención aquellos casos en los que el individuo pierde el control de su conducta, puede tener problemas: de pareja, familiares, laborales, legales, de salud y económicos, entre otros a causa de  un comportamiento que puede clasificarse como compulsivo. Existen tratamientos que les ayudan pero deben ser integrales pues es necesario que la pareja también participe pero, vale la pena que ella mejore su autoestima, asertividad y toma de decisiones.

Bibliografía

  1. Staff Reporter. (2010) Sex addicts fear intimacy: study. AFP Global Edition.
  2. Sandfordt, Theo, G.M. (2004) Sexual compulsibity among heterosexual college students. The Journal of Sex Research. November, 1.
  3. Diagnosis, assessment, and treatment of hypersexuality.