La confusión de los sentimientos

NOTA: Me tocó cerrar el IX Congreso de CONAPEP en Ixtapa Zihuatanejo, las conferencias previas, lo mismo que los talleres habían sido excelentes y el tema de la Diversidad sexual había sido tratado exhaustivamente, la realidad es que poco quedaba por agregar, además el encanto de la playa, el sol y … Por ello decidí tratar de captar la atención y antes de comenzar les dije: 

Acabo de tener una experiencia muy desagradable porque al ir a mi cuarto y revisar la computadora no encontré la conferencia que me tocaba dar el día de hoy; en lugar de ese archivo me topé con un mensaje, donde se me pedía amablemente, pero con firmeza, leer el siguiente documento, acompañado de una serie de imágenes, lo que haré a continuación. Es por eso que la conferencia no es la que anuncié: De los perversos a los diversos si no ésta que me han impuesto:

La confusión de los sentimientos

Reflexionar en torno a cómo me siento es algo difícil, me cuesta trabajo describir lo que me sucede, quizás lo más cercano encaja con el título de uno de los libros de Stefan Zweig La confusión de los sentimientos. En efecto, es como una vorágine pues han existido momentos en que he transitado por la vida como si nada. En otros, me he identificado con lo que hacían los demás; hubo épocas en que admiraban mis actos, pero a veces he sido juzgado y considerado como alguien no solo  malo si no también despreciable.

Caín de Martín Boneo (1869).

La leyenda más cercana a mi es la del Judío errante. Nadie puede saber mi edad y yo menos que nadie pero mis recuerdos son tantos que se pierden en la noche de los tiempos. Resulta difícil que alguien crea lo que a continuación contaré, pero no me importa porque esto lo escribo para mi, no lo hago para justificarme o para pedir perdón, lo hago con la intención de saber el por qué y el para qué de ciertas conductas que he tenido, pero también para ver si averiguo a qué obedecen las reacciones de los demás, pues con gran frecuencia resultan inexplicables ya que van de la aceptación a la tolerancia, pero también a la condena, al señalamiento, al castigo, al intento de curación y finalmente, a una tolerancia forzada.

Me doy cuenta que La confusión de los sentimientos encaja perfecto en esta narrativa pero, no solo para mi si no también para quienes escuchen mi relato pues a veces mi voz tiene tonos de todas las edades, posiciones sociales, creencias religiosas, grados académicos e incluso a veces es de hombre y en otras de mujer. Es como si hubiera vivido a lo largo de la historia de la humanidad y quizás sea cierto pues, recuerdo cosas que incluso no aparecen en los libros. Pero basta de introducción iré a los hechos o mejor dicho evocaré mis recuerdos de la manera más fiel posible.

Mi memoria se remonta a una época tan antigua que las vestimentas eran muy distintas a las actuales, apenas fragmentos de pieles usados por si bajaba la temperatura. Cuando una hembra me atraía, me acercaba en busca de señales para averiguar  si sentía lo mismo que yo pero, estaba al pendiente de que no hubieran otros machos deseosos de lo mismo porque entonces tendría que pelear; si nada se interponía, satisfacíamos, quizás muy rápido, lo que ahora se describen como instintos. Es interesante comentar que con frecuencia nos escondíamos, no tanto por vergüenza si no para estar a salvo de competidores y de depredadores ¿cuánto tiempo las cosas fueron de ese modo? no lo recuerdo pero, de manera gradual comenzamos a hacer cosas, no necesariamente para buscar la preñez, las hacíamos porque nos producían placer; estoy seguro que no era el único. No se piense que era una época romántica donde todos se amaban y ayudaban, en realidad se echaban la mano, pero no todos y desde entonces ha sido importante la reciprocidad pues de lo contrario, al individuo que trataba de aprovecharse de los demás lo hacían a un lado y corría el peligro de perecer.

 

Bisonte en la cueva de Altamira, España

En la medida que se satisfacían las necesidades elementales, es decir, las necesarias para sobrevivir, la gente dispuso de más tiempo para si misma, poco a poco surgió el ocio y de ese modo el tiempo se ocupó para otras actividades como pintar partes del cuerpo en paredes de las cavernas o dibujar animales a manera de invocación para cazarlos más tarde, pero también otros en plena cópula y por supuesto para fabricar objetos a manera de adorno o para brindar satisfacción.

A mi juicio, el deseo sexual forma parte de todos nosotros y durante miles de años se satisfizo de forma similar a la de las otras especies, es decir, actos rápidos como las ya descritos en donde la descarga del macho le producía alivio y le permitía pasarla cómodamente hasta la siguiente vez en que le dieran ganas y hubiese con quien aliviar dicha urgencia. No todos los individuos tenían con quien unirse pero otros tampoco deseaban unirse a alguien y ello contribuyó a que idearan otras formas de satisfacer su apetito sexual, tantas como grande era su imaginación; lo que aun no entiendo es si los modos de satisfacerse surgen  de forma espontánea en los individuos o es algo aprendido, lo más probable es la existencia de ambas explicaciones. Esas estrategias para aliviar la tensión sexual eran, la mayoría de la ocasiones temporales y solo unas cuantas personas las elegían para no formar pareja; me parece que la gran mayoría de los individuos las ha incorporado a su repertorio erótico pero no lo mencionan, pese a lo placentero que resultan por las razones que poco a poco surgirán en mi relato.

Conocí la Grecia clásica aquella de los grandes filósofos (occidentales), inventores de la democracia aunque la mayoría de sus logros se debieron a los esclavos que trabajaban para ellos; como no los consideraban seres humanos podían hacerles (literalmente) lo que se les antojara. Los helénicos eran bastante flexibles en lo tocante a su erotismo, por ejemplo, se aceptaba que un maestro tuviera un pupilo a quien debía transmitirle sus enseñanzas (de todo tipo) siempre y cuando fuera joven, tan pronto adquiría rasgos de adulto cesaba esa relación; aquí entre nos algunos gastaban bastante en afeites para conservar a sus pupilos el mayor tiempo posible, algo así como Hasta que la barba nos alcance.

 

Trasladaré mi memoria un poco más adelante, quizás unos 50 años antes de nuestra era cuando goberné una villa de Jonia (actualmente conocida como Turquía), pertenezco al gran Imperio Romano el cual sometió a muchas naciones; las ansias de conquista del pueblo romano nos llevaron a viajar por rumbos infinitos y por cierto, nuestras huellas han sobrevivido a las inclemencias del tiempo. Era amo y señor de todo lo existente en esa ciudad pues mi potestad era absoluta, podía hacer uso a mi antojo de todo lo que sobrara, después de mandar el tributo al César. Unas centurias más tarde Lord Acton dijo, con toda la razón: El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, en el inter, simple y sencillamente, lo puse en práctica. Admito que, guardadas las proporciones puede decirse lo mismo de mi que de Julio César Es hombre de todas las mujeres y mujer de todos los hombres. De seguro él aprendió en tierras asiáticas que el placer sexual no sólo lo brindan las mujeres a los hombres sino también de varón a varón y los refinamientos que tienen estas personas son tales que pueden hacerte enloquecer. Cuando uno se encuentra en esos trances, es decir, cuando todos los sentidos se agudizan nadie piensa ni en el amor ni en la reproducción. A lo largo de todos estos siglos he comprobado que disfruto no nada más con lo que me hacen, el que yo haga, también puede ser sumamente placentero pero de nueva cuenta las dudas crecen hasta hacerse insoportables. Vi que algunas personas disfrutaban cosas que otros les hubiesen producido mucho dolor y también constaté que hacer cosas de ese tipo pueden llevarlo a uno al éxtasis. Habrá quien piense Ese tipo de cosas las gozan solo los poderosos, sin embargo, no es así; en mis ansias por conocer todo lo posible sobre el sexo y sus placeres me disfrazaba para acudir a los barrios más pobres de la ciudad; las tabernas con escasa luz se prestaban para que la gente hiciera lo mismo que en mi corte; contaban quienes ahí asistían (hombres y mujeres) que lo mismo pasaba en sus hogares, por eso creo que las quejas elevadas contra mi, no eran tanto por el abuso del poder o por mis aficiones y conductas sexuales, más bien eran por envidia  pues imagino que si hubiesen estado en mi lugar hubieran hecho, al menos, lo mismo.

Como un relámpago vino a mi mente la imagen de Liduvina de Schiedman quien nació en el siglo XIV en Holanda, en el seno de una familia muy pobre. A los 15 años debido a un accidente quedó paralítica y al igual que la mayoría de quienes padecen esos trances maldijo y renegó contra su suerte, su destino y su dios pero un sacerdote le dijo: ¿No sabes que Dios al árbol que más quiere lo poda, para que produzca mayor fruto y a los hijos que más ama, más los hace sufrir?, esas palabras la impresionaron profundamente pues a partir de ese momento no solo se resignó a soportar sus dolores si no que dedicó su sufrimiento a su dios para salvar a otros, padeció terribles malestares (según nosotros) pero ella aseguraba que los disfrutaba entre más fuertes fueran.

 

Ahora les contaré de Margarita María Alacoque quien nació en el siglo XVII en Janots Borgoña en Francia, la quinta de siete hijos, de un matrimonio de buena posición pero como su papá murió cuando ella tenía 8 años se vieron en apuros económicos; para complicar la situación sufrió terribles dolores (quizás artritis reumatoide), motivo por el cual, permaneció en cama de los 9 a los 15 años; un día, le pidió a la virgen María que la curara y como se alivió, en señal de agradecimiento ingresó a un convento. Era una chica buena pero muy delicada y bastante asquerosa, tanto que no le gustaban ni el queso ni los alimentos de olores fuerte, sin embargo, después de cuidar a una mujer que estaba muy grave escribió lo siguiente: Tan severamente me corrigió en este punto, que queriendo limpiar el vómito de una enferma, no pude librarme de hacerlo con mi lengua y tragarlo diciéndole, si tuviera mil cuerpos, mil amores, mil vidas las inmolaría por sujetarme a vos. Hallé desde luego tantas delicias en esta acción, que habría deseado encontrar todos los días otras semejantes para aprender a vencerme sin tener otro testigo que Dios. Por las caras de algunas personas aquí presentes, ya no relataré lo que hizo con aquella anciana enferma de disentería (diarrea sanguinolenta) pero, me llama la atención que por acciones como de ese tipo a esas dos mujeres, las santificaron y en cambio a nosotros por busca el placer …  

 

El infierno. El Bosco

La flagelación la instituyó Pierre Damien allá por el año 1000 y tuvo gran acogida pues consideraban los creyentes que esa Disciplina los alejaba del pecado, y los acercaba a dios. Por mecanismos, a todas luces incomprensibles para la mayoría, esas acciones dolorosas en un principio sumían en tal éxtasis a los practicantes que hubo una especie de epidemia y el número de penitentes creció de forma alarmante pero no solo eso pues del ámbito religioso pasó al escolar y fue hasta el siglo XX que en Inglaterra se prohibió su práctica. Me llama la atención que cuando la iglesia fue incapaz de controlar a los penitentes advirtió que esas acciones en vez de acercar a dios eran perversiones.

Estos cambios en la conceptualización de las conductas me han desconcertado, no hay acuerdos o cambian a veces de forma dramática.

En otra de mis vidas estuve preso en la cárcel por masturbador y porque me mostraba desnudo; yo tenía mucho miedo porque la ley era sumamente cruel con aquellos a quienes consideraba depravados o aberrantes pero, las cosas cambiaron porque un médico (alemán) muy elegante platicó con muchos de nosotros y publicó el libro Piscopatía sexual, más tarde supe que se llamaba Richard von Krafft-Ebing. En su texto proporciona nuestros datos generales y luego menciona aquello de lo que se le acusa o le preocupa porque, incluyó relatos de muchos de sus pacientes, sin embargo, esas partes las escribió en latín de seguro para que solo unos cuantos (médicos, sacerdotes y abogados) las entendieran, más nunca imaginó que las ventas de los diccionarios Latín/Alemán se incrementarían notablemente. Krafft-Ebing consideraba perverso al individuo cuyo instinto sexual se alejara de Las leyes de la naturaleza, es decir, de la procreación, eso era un cambio, pero muy pequeño, más bien una especie de maquillaje pues ya no éramos pecadores, de súbito nos habíamos convertido en enfermos pero por los mismas causas que las religiosas, quiérase o no por darle más peso al placer que al embarazo.

Imaginatory portrait of the Marquis de Sade by H. Biberstein in ”L’Œuvre du marquis de Sade”, Guillaume Appolinaire (Edit.), Bibliothèque des Curieux, Paris, 1912. {{GallicaPic|NUMM-206645}}

Karfft-Ebing creó los términos de Sadismo después de leer algunas de las obras de Donatien Alphonse Françoise el Marqués de Sade y también el de Masoquismo inspirado en Venus con abrigo de pieles escrita por Sacher Masoch. A partir de 1886 año en que se publicó Psicopatía sexual hubo una especie de fiebre por el tema y las perversiones como las llamó fueron incontables; vaya empeño en buscarlas por doquier, en descripciones minuciosas enriquecidas, quizás por las fantasías del investigador. A veces me pregunto si eso ¿no será también una perversión?

Después de recobrar mi libertad me fui a Viena donde un médico daba consulta (bastante cara) a quien su madre, cariñosamente llamaba Sigi y cuya fama ha persistido hasta la actualidad, ignoro si cuenta con más seguidores que detractores pero estaba de moda y por eso le consulté; me sometí a psicoanálisis durante varios años; yo me la pasaba tendido en ese diván hablando siempre, él dijo pocas cosas durante todo ese tiempo pero me llamó la atención cuando comentó: “Sus problemas provienen de no haber conseguido un adecuado desarrollo de la infancia a la madurez, eso le impide alcanzar la meta ideal de hacer el sexo con una mujer”; cuando le dije que no entendía eso de no estar enfermo pero que no me desarrollé bien en la infancia, me aclaró, desde ese lugar donde no podía verlo, que todo mundo tenía aspectos perversos los cuales se tornaban en un problema cuando se volvían un fin en si mismos e impedían la sexualidad madura. Como supuse que la sexualidad madura para él significaba tener relaciones heterosexuales con el fin de engendrar hijos decidí suspender mi psicoanálisis y aunque dijo que esas eran resistencias me despedí de él, de la hermosa Viena y me trasladé a Berlín con el fin de conocer la obra de un médico muy culto quien allá por 1907 propuso la creación de una rama del conocimiento llamada Sexualwissenschaft y que UDS conocen como Sexología, decía que se relacionaba con disciplinas como: Biología, Antropología, Etnología, Filosofía, Historia, Literatura, Medicina y otras. Enfatizaba en que hablar de aberraciones o perversiones era un equívoco debido a la ignorancia pues esas conductas habían sido realizadas en otros tiempos y otros lugares; sugería a los médicos que en vez de patologizar se cultivaran más. Años más tarde un pionero de la Sexología en España (Gregorio Marañón) diría “Y el médico que solo sabe de Medicina, ni Medicina sabe”, estoy totalmente de acuerdo con él aunque haría extensiva esa propuesta, al menos, a todo mundo.   

Desde que tengo conciencia y créanme son miles de años, las guerras y otras acciones igual de violentas pero más cotidianas, me han parecido más perversas que mis conductas y acciones realizadas, solo o acompañado,  para obtener placeres eróticos indescriptibles.

 

Alfred Charles Kinsey (1894-1956)

 Alfred Charles Kinsey (1894-1956) 

En el siglo XX participé en unas entrevistas realizadas por un equipo dirigido por un biólogo estadounidense. Me convenció cuando dijo que sabía nada sobre sexualidad pues lo que hasta entonces se había escrito no era científico; en la primera investigación que él realizó participaron más de 5,000 hombres y unos años después realizó otra con un número similar de 5,000 mujeres. Aunque tuvo muchos detractores su obra ha influenciado a un sin fin de investigadores y me alivió un poco cuando comentó: biológicamente no hay ninguna forma de desahogo que yo considere anormal. Biológicamente no existe lo correcto ni lo incorrecto”. Me sentí bien pero nada más por un momento porque la sociedad seguía criticando y condenando lo que se alejaba de lo considerado como normal y respetable pese a que casi nadie lo cumplía; la hipocresía ha sido una constante y por eso es que vivimos bajo un doble sistema de valores.

Un poco más adelante participé en las actualizaciones de esos manuales reverenciados por los profesionales de la salud mental conocidos como DSM. La realidad es que han escrito mucho pero poco ha sido lo revisado (a fondo, con argumentos).Considero que se trata de un manual de buenas costumbres disfrazado de científico.

Parafilias fue el nombre que elegimos para substituir el de Desviaciones sexuales y desde entonces ya comienza a entenderse que no toda la gente con ese tipo de conductas padece un Trastorno mental.

Cuando estuve en el País de Gales platiqué con Jeffrey Weeks, de ese hombre me llamó la atención su basta cultura pero sobre todo que cuando tocamos el tema de las perversiones comentó: … “la ventaja de favorecer el término diversidad es que deja las preguntas importantes abiertas de par en par al debate, la negociación y la elección política”.

 

Alma Aldana, Francisco Delfín, Armando Lamadrid (qepd), David Barrios, Xabier Lizarraga, Rafel Mazín y Óscar Chávez.

 

Juan Luis Álvarez-Gayou RIP en 2017

Hace más de 30 años vine a México y me topé con la agradable sorpresa de que un grupo de sexólogos que en vez de perversiones hablaba de expresiones comportamentales de la sexualidad; enfatizaban que todo mundo tenía el potencial de efectuar esas conductas, las cuales podían incidir o no en el ámbito de lo erótico. Aseguraban que la variabilidad es inherente a los seres humanos pues somos individuos que cambiamos día a día. En referencia a la sexualidad y el erotismo señalaban: “todo está permitido, siempre y cuando quienes intervengan estén de acuerdo, no se vale hacer algo en contra de la voluntad de una persona”. Otro acierto suyo fue mencionar la existencia de dos marcadores, el primero en referencia a cuando ese tipo de comportamiento causa malestar a la persona y el segundo cuando el malestar afecta a otros, en esos casos valdría le pena intervenir desde el punto de vista terapéutico y en casos extremos recurrir a la ley. A ese grupo (Álvarez-Gayou, Lizarraga, Delfín, Sánchez, Aldana, Chávez, Araujo, Azuara, Barrios y otros) le pasó lo que a las granadas rojas cuando se caen del árbol, se partió y los granos volaron por todas partes, algunas semillas cayeron en buena tierra y crecieron. Si observan con cuidado, en estos días en este evento, se toparán con una que otra de esas personas.

Hace un par de años fui en calidad de oyente a la Universidad de California en Berkeley y tuve oportunidad de escuchar a una mujer cuestionadora y por demás interesante Judith Butler que ese día dijo: “El acto que uno hace, el acto que uno ejecuta, es, en cierto sentido, un acto que ya fue llevado a cabo antes de que uno llegue al escenario”. Butler pone el dedo en la llaga porque la gente tiende a realizar lo que le es impuesto, lo cual no necesariamente es lo que desea y eso, viéndolo con detenimiento resulta denigrante.

Finalmente, debo confesar que vine a este Congreso pero, dudo mucho que me identifiquen porque, no necesariamente soy ese desconocido  que, desde hace un buen rato te mira seductoramente; lo mismo puedo ser esa persona a la que conoces desde hace años que aquella con la que compartes la habitación o una de las que está en tu derredor. En fin, vine no para asolearme si no para averiguar qué piensan UDS al respecto.

Los deseos que tengo son inherentes a mi esencia; su satisfacción no tiene que ser de una sola forma pues la imaginación y la creatividad son cualidades compartidas en mayor o menor medida por los seres humanos aunque, la represión sexual ha obrado desde tiempos inmemoriales con el fin de controlar y someter a las personas.

¿Hasta cuándo se dejará de hablar de normalidad y anormalidad sexual?

Lo mismo que unos cuantos, que se han rebelado y atrevido a transitar por los diversos e interminables confines del erotismo, y pese a que dañar no es una de mis metas, la mayor parte de las veces me miran (si es que se atreven a hacerlo) con desprecio ¿Por qué les cuesta trabajo aceptar que mi conducta es solo una de tantas maneras de expresar la sexualidad?

 

Museo sobre Erotismo, Copenhagen, Dinamarca

La gente tiene relaciones sexuales por incontables razones pero desde hace milenios lo que casi nadie quiere es reproducirse (aunque no lo mencionen). Sería sensacional que en esos encuentros las personas obtuvieran placer, pero la experiencia me dice que no siempre ocurre de ese modo.

Quienes se auto designan  como paladines de la moral se resisten a respetarnos; se solazan (con gran sobriedad) a calificarnos y por tanto a condenarnos de por vida a portar una etiqueta vergonzante. El teatro se les caería si en algún momento, se conocieran las atrocidades que son capaces de cometer pero, ello no sucederá mientras el pueblo considere a la duda como un sacrilegio.

El ser humano puede satisfacer su apetito sexual del modo que le dicte su imaginación, solo o acompañado pero quien o quienes participen deben conocer las probables consecuencias de esos actos y aceptar de manera tanto informada como voluntaria; cuando no se cumplen esas condiciones se comete un delito pero eso, es otra historia.

Después del recorrido realizado hemos advertido que la lucha por alcanzar la verdadera libertad de elección continúa vigente por parte de unos cuantos; relato a continuación un par de cosas que sucedieron en esta semana y evidencia la tensión entre el conservadurismo y el respeto por el individuo; 1. la Suprema Corte de Justicia de la Nación (México) estableció el 5 de marzo que las palabras maricones y puñal usadas en un escrito periodístico de un diario poblano son actos discriminatorios y homófobos; 2. el Máximo Tribunal de Costa Rica señaló el 6 de marzo que el Dr. Jokin de Irala podrá, en el marco del V Congreso Centroamericano de Bioética, dictar una conferencia donde señala que la homosexualidad es una enfermedad curable.

Durante siglos se ha programado al individuo para obedecer órdenes establecidas desde tiempos inmemoriales, el miedo infundido les ha imposibilitado pensar lo cual impide que se atrevan a dudar; la famosa libertad no aparece por ningún lado.

UDS como profesionales de la Psicología pueden elegir el rumbo por el cual acompañar a la gente que atenderán, lo fácil es optar por lo establecido por aquello que brinda el aplauso de la mayoría; lo difícil es animar a las personas a tomar decisiones informadas y a responsabilizarse de sus actos.

Pero ojo, deben comenzar por UDS mismos pues la congruencia es indispensable ya que la Ética es un ejercicio inevitable y mucho más para profesionales de su tipo.

Es tiempo de aceptar que el Placer sexual no es ni pecaminoso, patológico o amenazante para la superviviencia de nuestra especie, por el contrario puede ser algo de lo más excelso siempre y cuando se realice con respeto, responsabilidad y de forma voluntaria.

Muchas gracias.

Bibliografía consultada

  • Krafft-Ebing Richard von. Psychopathia sexualis. Arcade Publishing. New York, 1998

  • Seoana Julio. Las culturas de la perversión. Evolución y cambio social. Documentos Córdoba 2010. Encuentros Jurídico-Psiquiátricos.

  • Szuster Daniela. ¿Sexualidad normal/sexualidad patológica? Análisis de la concepción de sexualidad dicotómica del psicoanalista Otto Kernberg. Revista de Ciencias Sociales. 126-127. 2009-2010.

  • Weeks Jeffrey. Sexualidad. Editorial Paidós (Género y sexualidad). México, 1998

 

 

 

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