Archivo por meses: marzo 2016

Hombres la masculinidad en crisis

Anthony Clare. Editorial Taurus. España, 2002.

Se trata de un magnífico texto escrito por un psiquiatra del Reino Unido, muy dotado para la divulgación científica quizá porque tiene un par de programas radiofónicos en la BBC.

Avalado por una nutrida bibliografía (524 referencias) de textos clásicos en Salud mental, Psicología, Etología y Sexualogía entre otras disciplinas, pero sobretodo de las revistas más reconocidas, en el ámbito de la Salud mental.

Para sustentar sus ideas, menciona un sin fin de investigaciones sobre género lo cual por supuesto implica tanto a la femineidad como a la masculinidad.

Trata con profundidad el tema de la genética y lo relacionado en cuanto a bases biológicas de la conducta.

Se sumerge en el tópico de la violencia y las consecuencias que acarrean los comportamientos machistas. Sitúa a los medios de comunicación en el lugar que les corresponde, esto es como formadores de varones agresivos.

La reproducción es analizada desde diferentes perspectivas pero el tema  del paternaje lo trata con especial interés pues revisa varios tipos de ejercer la paternidad.

Por supuesto se refiere a los miedos masculinos entre los que destacan: a la mujer, al control y a la pérdida del poder.

No se queda en la crítica pues hace propuestas: lógicas, alcanzables a más de necesarias para abandonar la crisis que padecemos.

Texto de obligada lectura para los profesionales de la sexualidad humana, pero también para aquellas personas deseosas de entender el porque los hombres nos comportamos de ciertas maneras, no obstante resulta esperanzador porque es factible que podamos y yo agregaría impostergable, cambiar.

La obsesión del perfeccionismo

Soluciones para acabar con el control excesivo.

Allan E. Mallinger y Jeannette De Wyze

Editorial Paidós. España, 1993.

He aquí un magnífico libro que ayudará a quienes aseguramos que el perfeccionismo es indispensable para el bien vivir, y es que cuando uno está tan inmerso en el problema tiende a no sentir (o a negar) la serie de complicaciones acompañantes de tal comportamiento. Sobran las justificaciones para perder el tiempo en cuasi rituales, elaborados para disminuir las angustias porque seamos francos, el obsesivo sufre una ansiedad la mayor parte del tiempo.

En un lenguaje accesible, con preguntas que nos llevan a identificarnos de tal modo que resulta imposible huir y con mucho de humor, poco a poco se da uno cuenta que no todo es malo; vale la pena ser puntual aun en un país como el nuestro donde las decepciones están al por mayor, sin embargo, las exageraciones casi siempre acarrean problemas.

El perfeccionista se aleja con frecuencia de la esfera afectiva y eso a la larga colabora para que uno acabe solo, porque la gente que le rodea puede cansarse; las discusiones que, a juicio de él, no deben postergarse pueden convertirse en un cascada de palabras en las que con gran frecuencia la otra persona se da por vencida y se declara culpable por… cansancio.

Si lo lees, de seguro no te arrepentirás, pero no olvides adquirir una buena cantidad de marca textos o de plano una cubeta donde sumerjas el libro completo.

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