Seminario: “Educación para la prevención, diagnóstico oportuno y rehabilitación temprana de las personas con discapacidad”.
Teatro Hidalgo del IMSS
Como expositor de un diplomado me encontré con un médico que no aceptaba a la homosexualidad como parte del comportamiento humano, afirmaba el galeno en cuestión, lo antinatural de tal conducta y sentenciaba que: “hombre y mujer son complementarios, en vista de que el objetivo de las relaciones sexuales es el de la procreación”. El ardor y el entusiasmo con los que defendía sus argumentos llamaron poderosamente la atención; hablaba con gran seguridad y en sus palabras había tal entusiasmo que conmovió a gran parte de las personas ahí reunidas. En vista de que estábamos en un recinto universitario esa intervención mas que entorpecer la conferencia sirvió para profundizar en el análisis del tema. El final fue feliz no ponernos de acuerdo, pero sí porque la gente se atrevió a pensar y a dudar de aquello en lo que aún, sin pruebas contundentes o científicas, siempre había creído.
Los humanos somos anímales de costumbres, desde nuestra más tierna infancia se nos enseña como reaccionar ante determinados estímulos; lo que debemos contestar en situaciones particulares y como hemos de actuar en ciertos escenarios. Después de armarnos con unas cuantas fórmulas se espera que con ellas caminemos a lo largo de nuestra existencia. Se nos advierte que esas son las formas correctas de la vida y que deben ponerse en práctica sin chistar; cualquier alejamiento de las mismas podría ocasionar consecuencias funestas, ello explica porque en numerosas ocasiones, la gente se resiste al cambio.
Cuando alguien, con gran solemnidad sentencia que los seres humanos: “nacen, crecen, se reproducen y mueren” evidencia que se rige por lo que un día le dijeron en su clase de Ciencias Naturales, allá por el tercero de primaria. En gran parte la metodología usada para criarnos y crearnos es la responsable de la manera como nos relacionamos; la Socialización, esto es la serie de estrategias por medio de las cuales nos dieron las herramientas para relacionarnos se caracteriza por su rigidez, jerarquización y poca flexibilidad. Se insiste en la inmutabilidad de lo dicho y en lo peligroso que resulta desobedecer lo establecido. Se le otorga gran valor a lo dicho por quién sabe quién, quién sabe cuándo y para qué.
Vamos por la vida sopesando nuestros actos con esa balanza recibida desde nuestra más tierna infancia y cuyos resultados sólo pueden ser: correcto o incorrecto. Lucimos acartonados y con gran frecuencia faltos de imaginación, aunque la realidad es que amputamos nuestra creatividad, resulta curioso recordar que muchas de las personas consideradas geniales fueron etiquetadas, en su infancia como incapaces, menciono un par de ejemplos: a Michael Faraday (1791-1867) descubridor del electromagnetismo; sus progenitores lo creían un “retrasado” porque habló hasta los cinco años. En un caso más cercano en el tiempo, uno de sus profesores le dijo a Einstein “UD. nunca llegará a ser nada”. Por fortuna en ambos casos las etiquetas fallaron.
Regresando al comentario del médico en el sentido de la complementariedad entre los seres humanos resulta claro que no todas las persona desean unirse a veces ni siquiera temporalmente. Sí bien se insiste en que la familia es la base de la sociedad, las modificaciones están a la orden del día y no sólo desde ahora sino desde hace miles de años. El argumento de que el objetivo de las relaciones sexuales es el de la reproducción, de plano nos obliga a reubicarnos en la escala filogenética. En la mayoría de los animales irracionales las conductas de apareamiento, también denominadas de celo, estro o brama, sólo acontecen cuando existen las máximas probabilidades de incrementar la descendencia y ocurren, gracias a una serie de mecanismos fisiológicos entre los que destaca el relacionado con las hormonas; decimos que son actos instintivos porque en ellos no obra la voluntad pues están determinados genéticamente y por tanto suceden de manera automática, inmediata y no son modificables.
¿Cuántos de las personas aquí presentes tienen relaciones sexuales con el único fin de reproducirse? No es necesario que contesten pero me atrevo a pensar que son una absoluta minoría o quizás un poquito más de los que votarán por Camacho Solís el próximo dos de julio.
Nuestra especie, se aleja de las demás en la medida que es capaz de crear un sin fin de cosas lo cual, por supuesto produce más problemas y requiere de nuevas invenciones, pero es eso lo que nos ha permitido llegar hasta donde estamos.
Erotismo divino tesoro.
Se trata de una característica única y exclusiva de nuestra especie, de acuerdo con el sexólogo mexicano Eusebio Rubio Aurioles:“por erotismo entendemos los procesos humanos en torno al apetito por la excitación sexual, la excitación misma y el orgasmo, sus resultantes en la calidad placentera de esas vivencias humanas así como las construcciones mentales alrededor de estas experiencias”. Esta parte muy nuestra, está estrechamente relacionada con el simbolismo, por lo cual la excitación y la experiencia sexual pueden ser invocadas aunque estemos lejos de la persona amada o deseada.
Disfrutad sin necesidad de reproducíos.
Cuando menos desde el siglo XV antes de nuestra era, ya existían los anticonceptivos; en el Papiro de Ebers se describe una fórmula que la mujer había de colocar en su vagina para evitar los embarazos; debía mezclar: varios aceites con estiércol de cocodrilo, si bien no suena muy antojable al parecer era efectiva puesto que la recomendaban en un documento tan importante. Desde otra perspectiva es claro que la gente estaba muy interesada en regular el número de su descendencia, sin renunciar al encuentro sexual. De esa época a nuestros días los cambios han servido para mejorar la metodología anticonceptiva pese a la oposición de algunas instancias religiosas.
Los seres humanos al poseer el cerebro mas complejo entre las especies dependen menos, conductualmente hablando, de los imperativos biológicos y más de su inventiva. Ello significa que el deseo sexual puede satisfacerse no sólo a través del coito y éste último se realiza por múltiples razones y no nada mas para reproducirse.
De un candidato para un candidote
En este año más que en otros, los diferentes candidatos a la presidencia de la República se percataron que las PNE son muchas más de las que alguna vez soñaron y ahora les piden su voto a cambio de promesas, sonrisas y hasta uno que otro tocamiento en el hombro o quizás hasta se atrevan a dar un besito. Confían en que el prometer no empobrece pero en ese entendido estarán ambas partes, lo más seguro es que las personas también le sonrían y le devuelvan el besito para el dos de julio votar por quien más les convenza. Una vez instalado el ganador lo ideal es exigirle que cumpla lo ofrecido, es decir, poner en marcha programas donde se permita que la sociedad conozca y conviva, dignamente, con este sector de la población. Alcanzar objetivos intelectuales es necesario, lo mismo que aquellos indispensables para el buen trato de las demás personas; aprender un oficio es interesante siempre y cuando exista el lugar donde ponerlo en práctica pero por nada del mundo debe soslayarse el aspecto erótico sexual de las PNE.
Por el simple hecho de pertenecer a la especie humana se tienen, entre otras, las siguientes potencialidades: reproductividad, erotismo y afectividad, adquiridas y desenvueltas todas ellas en el marco de las relaciones de género. Lo anterior significa que cada uno de los seres humanos aparte de ser sexuado es erótico, por lo que puede, tanto dar como recibir afecto y puede reproducirse a voluntad (con frecuencia). En la actualidad la gente puede demostrar sus afectos de muy diversas formas y por terrible que pueda sonarle a algunas almas piadosas que todavía por ahí pululan, es necesario aceptar que las PNE también tienen deseos sexuales. Basta ya de tratarles como infantes pensando que con tal estrategia conseguirán asexualizarles. Las necesidades sexuales se satisfacen con actividades erótico sexuales y no recortando papeles; iluminando; jugando futbol, recitando, viendo la TV; leyendo pasajes piadosos o escuchando los discursis perdón discursos de los candidatos.
Todo mundo sabe que quiénes se consideran normovidentes son incapaces de mirar a ciegas y ciegos, en parte porque temen a lo desconocido y en parte porque quienes padecen ceguera se consideran seres sin atractivo y por lo tanto, se esconden. Me atrevo a decir que lo mismo ocurre con el resto de las Personas con necesidades especiales (PNE). Lo peor es que no falta quien diga, entre ellas mismas, esa o ese sí es minusválido. Por desgracia tenemos una gran tendencia a etiquetar al resto de la población lo cual nos permite colocarnos en sitios de mayor jerarquía
TLC o toquemos los cuerpos
Uno de los argumentos más esgrimidos para impedir que las PNE ejerzan su potencial erótico sexual es que podrían traer a otras criaturas con problemáticas similares, concediendo la validez de una preocupación, no necesariamente cierta, valdría la pena señalar, en contraposición, la existencia de métodos anticonceptivos muy eficaces. ¿cuál sería entonces un impedimento convincente?
Si ya quedó claro que las relaciones sexuales entre humanos suelen darse por múltiples motivos entre los que casi nunca aparece la reproducción ¿con qué argumentos puede defenderse la negativa a que estas personas obtengan placer? Si se menciona que pueden ser víctimas de abuso, maltrato, explotación o que pueden tener desde embarazos no deseados a infecciones de transmisión sexual, vale la pena señalar que es indispensable brindar educación de la sexualidad a esta población con el fin de prevenir un sin fin de problemáticas y también para coadyuvarles a vivir en forma independiente, responsable y autónoma. Como en todos los ámbitos de la existencia los programas deben adecuarse a quienes los reciben y para ello quienes los imparten deben haberse capacitado en forma adecuada.
La fiebre del Viagra evidenció que una gran cantidad de varones tiene problemas eréctiles y si a esto agregamos el que muchas mujeres, nunca o casi nunca tienen orgasmos nos encontraremos que la sexualidad tiene múltiples facetas aun desconocidas. Una serie de falacias rodean al acto sexual, entre la más socorridas están las de que:
- Sólo la gente joven es atractiva.
- La belleza física es indispensable para conseguir pareja.
- La única forma aceptable de ejercer el potencial erótico es casándose.
- La masturbación es una depravación.
- Las PNE son incapaces sexuales.
- La gente con necesidades especiales no tiene deseos sexuales o en caso afirmativo no puede controlarlos.
- Las PNE están tan resentidas que son incapaces de amar
Como podrá advertirse la mayoría de estas falacias se basan en supuestos o en intentos de anular la sexualidad de esta población.
No se vale exigir la sublimación sexual obligatoria a las PNE es preferible educar, formar, brindar opciones y asesorar a la gente en la resolución de sus problemas, pero ello exige trabajar desde la propia conciencia para contactar, humana y empáticamente, con estas personas.
Recordemos que los órganos sexuales más grandes e importantes son la piel y el cerebro, respectivamente, “no camino vuelo”, decía Gaby Brimmer. Para disfrutar de un encuentro erótico resulta mas indispensable la intimidad que la penetración y aún sin pareja se pueden alcanzar grandes satisfacciones siempre que no existan ni un ojo censor ni un dedo flamígero condenatorios.
Las manos deslizándose sobre la piel de la pareja sirven para dibujar su silueta; los tocamientos pueden efectuarse con aquellas partes del cuerpo susceptibles de movimiento. Las miradas, lo mismo que las palabras pueden transmitir dulces cuando no, cachondos mensajes. Dos cuerpos en proximidad pueden perder sus límites para juntarse en el territorio de la máxima sensualidad. Las bocas junto con todos sus elementos pueden recibir y brindar caricias sólo descritas en el Cantar de los Cantares. No es justo negar una de las características mas humanas a quienes teniendo diferentes problemáticas afrontan la vida con gran valor pese a los denodados esfuerzos de una sociedad hipócrita que les pone barreras al por mayor o les exigen reprimir sus deseos erótico sexuales.
Basta ya de marcar limites, mejor mostremos horizontes alcanzables para que la gente pueda elaborar sus propias propuestas. Capaz que nuestros paradigmas se hayan agotado o no funcionen en las PNE. Capaz que ellas puedan enseñarnos otras formas de amar y disfrutar que están al alcance, sólo, de quienes tienen la paciencia para disfrutar la lentitud de una caricia que puede intuirse donde empieza pero imposible saber cómo y dónde acabará.
Muchas gracias
Bibliografía:
- Grijalbo Diccionario Enciclopédico.Barcelona, 1986.
- Rubio, Aurioles, Eusebio. Introducción al estudio de la sexualidad humana. En: Antología de la sexualidad humana. Editorial Miguel Ángel Porrúa y CONAPO. México, 1994. Pág 36
- Shíain, Leonard, El alfabeto contra la diosa. Editorial Debate. Madrid,1998 pág. 495
Atiendo problemáticas relacionadas con la sexualidad y el erotismo. Tengo más de 30 años de experiencia brindando terapia sexual. También doy conferencias, cursos o talleres sobre: sexualidad, erotismo, disfunciones sexuales, masculinidad, paternidad, prevención de la violencia y otros temas.