Pese a no ser católico (en mi infancia, cuando no era libre para decidir, lo fui,) las celebraciones de estas épocas me gustan y las disfruto sobre todo porque permiten la reunión con seres queridos y otros, no tan queridos.
Los gestos se suavizan, las miradas se enternecen, las sonrisas abundan, los diferentes tipos de abrazos se manifiestan, los besos menudean; las frases manifestando los mejores deseos aparecen en cada encuentro y la alegría se posesiona de la mayoría de los ambientes. Con inusitada frecuencia se perdona a quien haya ofendido y se puede contemplar desde otra perspectiva a los enemigos.
Por lo antes mencionado me llamó la atención, aunque no me sorprendió, la furia y el encono con que tiñeron sus declaraciones algunos teólogos cristianos, muy lejanas de todas las recomendaciones que, ellos mismos, suelen hacer cada año.
Cuando la Asamblea Legislativa del D. F. aprobó la Ley que permite el matrimonio entre personas del mismo, a más de su derecho a adoptar, las voces más conservadoras se elevaron siguiendo el ejemplo de algunos teólogos y salieron a la palestra epítetos del tipo:
inmoralidad,
aberración,
perversión,
soberbia,
ruina,
estupidez,
entre otros.
Después de leer, en los diarios, algunas de sus declaraciones considero que se parecen más a las de Herodes (matanza de los inocentes) que a las de Jesucristo.
La contradicción en pleno, por un lado el cardenal Norberto Rivera dice:
“Esta ley ha abierto las puertas a una perversa posibilidad para que estas parejas puedan adoptar a niños inocentes, a quienes no se les respetará el derecho a tener una familia constituida por una madre y un padre, con los consecuentes daños psicológicos y morales que provocará tal injusticia y arbitrariedad. Tal pretensión no es más que soberbia e inevitablemente llevará a la sociedad a la ruina, lo cual nos preocupa hondamente”. (1)
No obstante, más adelante:
Rivera aseguró que son pocas las personas homosexuales que desean unirse bajo este esquema con su pareja, lo cual se puede observar en los países que ya cuentan con esta normatividad. (2)
Condena sin fundamento y esgrime adjetivos apocalípticos contra quienes pretendan adoptar a una criatura; sin advertir que el sólo hecho de querer convivir, cuidar y educar a quien sus padres por diversas razones abandonaron es una de las mejores demostraciones de amor; capaz que por eso me gusta mucho lo expresado por Nietzche: No hay tanto amor en el mundo como para desperdiciarlo en seres espirituales.
Por un lado, Rivera dice que la unión entre personas del mismo sexo puede llevar a la sociedad a la ruina y luego agrega que son pocos quienes se matrimonian ????? Si pocas personas se casan con otras de su mismo sexo ¿cómo pueden esos pocos llevarnos a la ruina?
Desde Ecatepec, el aficionado a la tauromaquia, Onésimo Cepeda con su peculiar estilo dijo:
“Es una estupidez por una simple y sencilla razón: porque no es un matrimonio y si no es un matrimonio, no puede formar un hogar, y si no puede formar un hogar, no puede tener hijos” (3)
Se necesita mucho atrevimiento o ignorancia o pasión por manipular para hacer afirmaciones tan carentes de sustento; aunque poco podríamos esperar de quien disfruta un “espectáculo” tan sangriento como los toros.
La Conferencia del Episcopado Mexicano en voz de su secretario general, Víctor René Rodríguez Gómez afirmó estar de acuerdo con lo expresado por Rivera y agregó:
Expresaron que la clase política debe aprender a consultar a la población, de lo contrario, en lugar de ser México un Estado democrático, “sería uno totalitario, con esta clase de leyes”. (4) Muy interesante su propuesta, no obstante, jamás se han pronunciado en sentido similar ante los casos de abuso y violaciones sexuales por parte de sacerdotes católicos. En esos casos recurren al silencio.
Ninguno de los antes mencionado dijo esta boca es mía ante casos como el de Maciel, o mejor dicho señalaron que eran puros cuentos
¿dónde queda entonces su preocupación por las familias y en especial por las inocentes criaturas?, de acuerdo a esa forma de actuar, cualquiera podría pensar que son excelsos practicantes de la hipocresía.
Ignoro cómo les irá a las parejas homosexuales que decidan casarse con todas las de la ley pero ¿pero será que puedan envidiarle mucho a las parejas heterosexuales?
Resulta riesgoso decir que los heterosexuales se casan para tener hijos además de formar una familia pues, si como afirman los ministros religiosos los homosexuales no pueden tener descendencia (falso) el amor que sienten entre sí podría ser una de las principales motivaciones para formalizar su unión.
Quizá sería más lógico y elegante decir que no casarán a parejas homosexuales en sus iglesias, ¿dónde quedó aquello de: Dadle al César lo que es del César y …?
¿Por qué grupos que se han quejado de sufrir terribles, cruentas e injustas persecuciones se lanzan en contra de otras minorías?
¿Por qué quienes predican que el amor es maravilloso se oponen a la unión de quienes dicen amarse?
¿Cómo demostrar, científicamente, que los hijos de parejas homosexuales sufrirán más daños que los de parejas heterosexuales?
Me gustaría que los políticos meditaran sus propuestas, que escucharan todo tipo de argumentos para sopesar y decidir lo más conveniente; con los religiosos la cosa es más difícil porque el autoritarismo suele privar entre ellos y más que invitar a la reflexión, insisten en la obediencia. Mucho me temo que a Einstein le sobró razón cuando dijo: Es más fácil destruir un átomo que un prejuicio. La mezcla de política y fanatismo sería terrible pero ¿habrá algún caso de este tipo en México?
Seguiré revisando investigaciones en torno a esta temática pero, mientras tanto mandaré mis trajes a la tintorería porque de seguro recibiré muchas invitaciones tanto de amigas como de amigos que, desde hace años forman pareja y pese a no estar formalmente unidos han vivido expresándose respeto, amor y solidaridad. En concreto, me late que habrá muchas bodas.
Tampoco se vayan con la finta y piensen que el amor entre gays y lesbianas es el más puro, hay todo tipo de estilos y abundan quienes prefieren andar como el picaflor, lo mismo que una gran cantidad de heterosexuales de uno y otro sexo.
Un último comentario me surge con otra declaración de Rivera, de la cual rescato lo siguiente:
“Nosotros, pastores del pueblo de Dios, tampoco podemos obedecer primero a los hombres y sus leyes antes que a Dios;” (5) Entre sacerdotes y militares estamos fritos porque en ambas instancias pretenden que los civiles no juzguen a sus miembros cuando cometen ilícitos.
¿dónde queda la democracia?
¿dónde la humildad para reconocer los propios errores?
¿con que cara se atreven a dar recomendaciones?
Resulta increíble combatir a quienes desean unirse por amor y adoptar criaturas que han sido abandonadas, en gran cantidad de veces, por gente que profesa alguna religión, entre ellas la católica.
Bibliografía
- El País. La iglesia mexicana llama “aberración” a la aprobación del matrimonio gay. diciembre 26 del 2009
- Terranostra. Noticias. diciembre 21 del 2009.
- Noticieros Televisa. Onésimo Cepeda: Matrimonios gay “una estupidez”. diciembre 22 del 2009
- La Jornada. El matrimonio de homosexuales atrae condenación eterna: iglesias. diciembre 26 del 2009.
- La Jornada. Desdeñan iglesias leyes humanas; sólo obedecemos a Dios, afirman. enero 11 del 2009.
Atiendo problemáticas relacionadas con la sexualidad y el erotismo. Tengo más de 30 años de experiencia brindando terapia sexual. También doy conferencias, cursos o talleres sobre: sexualidad, erotismo, disfunciones sexuales, masculinidad, paternidad, prevención de la violencia y otros temas.