Falta de orgasmo femenino o Anorgasmia

Por Francisco Delfín Lara

Una tarde mientras visitaba una vieja librería, me topé con un voluminoso libro titulado: Todo lo que los hombres saben sobre la sexualidad femenina, ante nombre tan atractivo, decidí revisar la bibliografía, para darme una idea de la seriedad de la obra; retiré el papel que recubría al mamotreto y para mi sorpresa… todas las páginas estaban en blanco. Me pareció una broma muy ingeniosa, a más de confrontadora. El desconocimiento del erotismo femenino es inmenso, pero no exclusivo de los varones y por ello, conviene reflexionar en torno a lo dicho por la psiquiatra y terapeuta sexual de Nueva York, Offit:

… algunas argumentan que lo que una persona ignora no puede hacerle daño, pero cuando la ignorancia es privación raras veces conduce a la felicidad .

Offit

Ese desconocimiento suele estar estrechamente relacionado con que en nuestra sociedad el erotismo femenino está menos explorado que el masculino.

¿Qué tanto es tantito?

Mark Twain decía:

“hay tres clases de mentiras Las mentiritas,
las mentirotas y las estadísticas”

Mark Twain

Suena simpático e ingenioso pero piensen cuánto tendrán de verdad, Tantas encuestas sobre curas milagrosas para el COVID-19,  muchas lucen como creadas para lograr los resultados al gusto del cliente. Por lo que hace a nuestro tópico los datos nos permiten visualizar la punta del iceberg. Heiman señaló que en una encuesta a nivel nacional en Estados Unidos 24% de las mujeres afirmaron ser  incapaces de alcanzar el orgasmo, ni es para tanto dirán algunos, aunque es algo así como una de cada cuatro mujeres (Heiman, 1997).

No hay mujeres frígidas, sino malos amantes.

Todavía hay quienes al emitir esa sentencia, adoptan una pose de mucho mundo, evidencia de que jamás le rascaron un poco y por ello no descubrieron en el fondo, inmensas dosis de machismo y hembrismo pues, sigue depositando en el varón la responsabilidad del disfrute femenino y ella continúa con su papel de pasividad; pero no sólo eso pues como afirma Fisher, uno de los primeros investigadores de este tema: .

.. la mujer que experimenta dificultades orgásmicas está interiormente más preocupada por el carácter inseguro y no confiable de sus relaciones.

Fisher, 1987

Tiene razón en parte, porque son muchos los pensamientos intrusivos que llegan a la mente de ella, impidiéndole liberarse y priorizar sus sensaciones placenteras.

¿Pura o ignorante?

En el juego de los estereotipos, al menos en el mundo occidental, se supone que el hombre debe ser el: Sexperto, algo así como: Sabérselas, de todas, en el terreno erótico; en cambio a ella se le educa para carecer de ese tipo de conocimientos, es decir, se encomia la ignorancia sexual nombrándola como Pureza.

Mutilación mental.

En estas tierras no se practica la mutilación femenina, eufemísticamente denominada circuncisión,  por medio de la cual se extirpa el clítoris, sin embargo, la sofisticación es tal que una gran cantidad de mujeres no llega al clímax pese a que en las féminas, la multiorgasmia es más frecuente que en los varones. Dado el temor a su gran potencial erótico, los hombres, desde tiempos inmemoriales, idearon un sin fin de estrategias para reprimirlas, manipularlas y a final de cuentas controlarlas.

Orgasmo vaginal vs. Clitorídeo.

La obra de Sigmund Freud, lo mismo que la de Karl Marx y la Biblia padecen de lo mismo, todo mundo les menciona, pero casi nadie les ha leído, y mucho menos a profundidad. El creador del psicoanálisis puso una gran cantidad de temas sobre la mesa y desde entonces hubo desacuerdos para con sus teorías; él mismo, a lo largo de su existencia modificó muchas de sus afirmaciones. Le tocó vivir en plena Época Victoriana y eso se nota en gran parte de su obra:

  1. Afirmaba que el clítoris era una especie de pene atrofiado. 
  2. Sentenció que sólo podían llegar a ser psicoanalistas aquellas mujeres que aceptaran su: Envidia del pene. Aquí entre nos, ese tipo de envidia, lo padecen más los varones que las mujeres.
  3. Dijo que los orgasmos clitorídeos eran propios de féminas no maduras, en lo emocional. Según él, lo ideal era obtenerlo sólo con estimulación vaginal. Una gran cantidad de sus seguidores, más Freudianos, que él mismo, intentaron curar y más bien fastidiaron a quienes estaban en esa situación. Fue hasta 1966, cuando Masters y Johnson señalaron que el orgasmo era una reflejo, al cual se accedía luego de rebasar cierto umbral de excitación, eso se conseguía estimulando diferentes partes del cuerpo, pero en especial al clítoris. Si bien, una de cada cuatro féminas alcanza el acmé sexual con sólo el coito, 75% de las restantes requiere de algún tipo de estimulación clitorídea para llegar al orgasmo.

… necesita una pintadita el techo.

El análisis de los chistes nos conecta con creencias populares, las cuales, suelen ser producto de la observación, como en este caso donde a ella se le nota desconectada, poco participativa y a todas luces, sin disfrutar; multitud de pensamientos intrusivos le distraen y evitan se concentre en sus sensaciones. Esa facilidad, o maldición para pensar en tantas cosas le impide entregarse a su intimidad y por ello le resulta imposible abandonarse a su placer..

Y ahora resulta …

Abundan las mujeres que no sólo se la pasan mal por padecer anorgasmia sino porque su pareja les echa en cara no llegar al orgasmo. Esos varones no se preocupan por ellas, la anorgasmia, la interpretan como una afrenta a su masculinidad.

Causas.

Gran cantidad de autores asegura que son más fáciles de resolver las anorgasmias primarias, aquellas en que nunca se ha tenido un orgasmo y agregan que están estrechamente relacionadas con educación represiva, por ejemplo, el regaño infringido a la niña que se masturbaba, la condicionó a considerar como pecaminoso todo aquello vinculado con su erotismo.

Algunas mujeres, al percatarse de su incapacidad para culminar el encuentro sexual  y por temor de molestar o defraudar a su pareja, se preocupan a tal grado que intentan por todos los medios excitarse y llegar al orgasmo, lo que les lleva a estar al pendiente de todos sus cambios corporales, esa actitud, conocida como Auto-observación, lejos de ayudarles, garantiza que persista la disfunción.

La anorgasmia secundaria, aquella en la que dejan de tener orgasmos, con gran frecuencia aparece en quienes padecen: esclerosis múltiple; esclerosis lateral amiotrófica; neuropatía alcohólica, desnutrición grave y diabetes mellitus. Respecto a este último padecimiento y por su alta frecuencia en nuestro país es indispensable considerar lo afirmado a finales del siglo pasado por Masters, Johnson y Kolodny, afirmaron que no se trata de una problemática definitiva, pues puede superarse al proporcionar una estimulación más intensa y variada.

Pero, la anorgasmia, también puede ser causada por medicamentos.

Los problemas de pareja están a la orden del día y abundan los casos en los que ella accede a tener relaciones, más por obligación que por Motu propio.

Infinidad de mujeres fingieron no sólo que disfrutaban el encuentro sexual sino que llegaban al orgasmo, todo con el fin de que, él no se molestara, pero ¿Será que esto ya no sucede? ¿Se sentirán ellas con la libertad de expresar sus insatisfacciones? ¿Serán ellos capaces de empatizar con su pareja y buscar soluciones?

Erotismo cortado a la medida.

Aunque existen mujeres, capaces de disfrutar la cópula pese a no llegar al orgasmo, cada día son más las que anhelan soluciones efectivas y en vista de que las causas son muy variables lo son también las propuestas terapéuticas.

Vale la pena tener presente que si bien el varón puede contribuir con su desempeño al disfrute femenino, a final de cuentas será ella quien deba permitirse gozar; realizando algunas actividades consigo misma entre las que destacan, minuciosas exploraciones de su cuerpo y el autoerotismo, porque como dijo Shere Hite:

… La forma que tienen las mujeres de alcanzar el orgasmo es algo que debe celebrarse, no criticarse (43).

Shere Hite

Totalmente de acuerdo, igual significa reconocer su derecho a decirle a su pareja la manera en que desea ser acariciada para lograr una mayor excitación. Investigaciones más recientes confirman o refuerzan lo anterior, aunque la mayoría de las mujeres puede alcanzar el orgasmo por medio de la masturbación, el orgasmo durante la actividad de pareja, es menos frecuente y constante; esto invita a investigar tanto el comportamiento como la habilidad de su pareja (Kingsberg et al, 2017).

Definitivamente, la terapia sexual funciona pero es conveniente asesorar a la mujer para valorar sus avances, y erradicar un sin fin de falacias en torno a como se siente un orgasmo pues la gente suele crearse falsas expectativas, Woody Allen alguna vez comentó:

Hasta el más malo de mis orgasmos es sensacional.

Woody Allen

Esto viene a colación porque algunas mujeres buscan compulsivamente, una experiencia que las deje en calidad de cadáver.

Algo que ayuda a no conseguir el orgasmo, es aferrarse con lograrlo o perseguirlo obsesivamente.

Es preferible ir al encuentro sexo-erótico con la finalidad de dar y recibir placer, sin prisa, disfrutanto el ambiente, la compañía, jugando con los cuerpos y permitiendo que los sentidos se pongan en práctica sin exigencias; actuar de ese modo se constituye en una de las mejores estrategias para disfrutar.

Y no lo olviden, Oj-Allah pronto volvamos a coincidir.

Bibliografía:
  • Delfín, Lara, Francisco. No más mentiras en: Sexo populi. Editorial Norma. México, 2004. Páginas: 85-93.
  • Fisher, Seymour. Estudio sobre el orgasmo femenino. Editorial Grijalbo. España, 1978.
  • Heiman, Julia, R. Y Lopiccolo, Joseph. Para alcanzar el orgasmo. Un programa de crecimiento sexual y personal para la mujer. Editorial Grijalbo. México, 1989.
  • Heiman, Julia and Meston, Cindy, M. Empirically Validated Treatment for Sexual Dysfunction. Annual Review of Sex Research. 1997.
  • Hite, Shere. Teorías sobre la sexualidad humana. El orgasmo femenino. Ediciones B. España, 2002.
  • Kaplan, Helen, S. La evaluación global de las disfunciones sexuales, en: Evaluación de los trastornos sexuales. Aspectos médicos y psicológicos. Editorial Grijalbo. España, 1985. Páginas: 303-322.
  • Kingsberg S., Althof S., Simon J., Bradford A., BitzerJ., Carvalho J., Flynn K., Nappi R., Reese J., Rezaee R., Schover L., Shifrin J. Female Sexual Dysfunction—Medical and Psychological Treatments, Committee 14. J Sex Med 2017;14:1463e1491
  • Offit, Avodah, K. Las enfermedades femeninas, en: El Yo Sexual. Editorial Grijalbo. España, 1978. Páginas: 166-209

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