Usted es la culpable

Por Francisco Delfín Lara

Sugiero no te emociones o como decían los griegos “No te calientes granizo”, pensando que Luis Miguel llegará, sigilosa y silenciosamente a tu lado para cantarte al oído, esa romántica canción compuesta por Gabriel Ruíz Galindo y José Antonio Zorrila Martínez allá por 1951.

Lo lamento, pero en esta casión haré referencia al uso y abuso de esa frase, que durante cientos de años, los miembros de las parejas en todo el mundo, hemos usado para terminar, de manera categórica, tajante pero brutal nuestras desavenencias. Pareciera que el dicho aquel de: “Ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio” continúa vigente, pese a que los resultados de esa acción, la inmensa mayoría de las veces, han sido negativos.

Llama la atención que una gran cantidad de parejas se empeñen en reproducir estrategias que lejos de abogar por la recoinciliación, los conduce a terrenos en los que cada cual desea alzarse con la victoria y por consiguiente, donde el otro miembro de la díada sufrirá la derrota. No nos hemos percatado, o nos resistimos a aceptar que cuando se utiliza la estrategia del “Gavilán y la paloma” para dirimir las diferencias, siempre ganará quien la haga de “Gavilán”, pero para el siguiente desacuerdo, nadie querrá ser la “Paloma”.

Considero que reconocer nuestras responsabilidades y usar nuestra creatividad propiciará una mejor convivencia con la persona que elegimos para unirnos, trataré de explicarme.

Dicen que los diamantes son eternos, pero los seres humanos no tanto, y menos si insistimos en desatender las más elementales indicaciones para disminuir los contagios con COVID-19. Más adelante dilucidaremos si es el o la COVID-19. En verdad vale la pena resistir la tentación de reunirse con sus seres queridos, a veces ni tan queridos la verdad sea dicha, pero las costumbres de gastar en pavos, que guisados como sea siempre serán secos, o bacalao “noruego” que recalentado sabe mejor y otras tantas viandas para comer a reventar y quedar mal con alguien porque preferiste ir a cenar con tus suegros en vez de con tus padres, o viceversa, todo eso nos las podemos ahorrar, y así disminuir las probabilidades de contagio.

Yo creo que AMLO se equivocó cuando dijo que nuestro servicios de salud iban a ser como los de Dinamarca, Suecia o Canadá, mejor hubiera dicho que si bien Noruega produce mucho bacalao, en México, Yecapixtla se produce mucha más cecina, si no me lo cree pregunte en cualquier lugar que la sirvan ¿de dónde es esta cecina? de seguro le dirán “de Yecapixtla, MOR”.

Pero retornado al punto en cuestión es importante enfatizar que: La realidad es que sí podemos poner fin a la inercia mencionada al principio de este escrito y, modificar lo que no sirve para inventar otras opciones más amables de convivencia o de resolución de problemas. Debe quedar bien claro que la pareja perfecta y sin problemas es una utopía, es decir, no existe, Martínez afirma:

“Una relación de pareja es un vínculo entre dos personas que se conocen, se encuentran y se unen para formar y desarrollar un proyecto común, y ello lo harán atravesando situaciones de crisis que forman parte del vivir en pareja”

Martínez, 2010

De acuerdo, lo común y corriente es que quienes compartimos la vida con otra persona tengamos desavenencias, pero no por ello deberemos fastidiar, tratar de imponernos o someterla. En varias de mis conferencias he pedido al auditorio que levanten la mano a quienes les gustaría que su vida en pareja fuera como la de sus padres, en muy pocas ocasiones alguien la ha alzado, más bien voltean a mirarse, esbozan una sonrisa cómplice y hasta las colocan bajo sus piernas.

No obstante, la vida en pareja puede resultar menos difícil con un poco de esfuerzo y si es por parte de ambos miembros de la díada, mucho mejor.

Las cosas no son mágicas y ocurren porque alguien las pone en marcha, tiene mucha razón José Carlos Ruiz cuando afirma:

“Se ha impuesto la dictadura de la acción frente a la reflexión”

Ruiz, 2018

Con anterioridad he mencionado que el signo de esta época es la velocidad, y ello a veces produce amargos desenlaces y no hablo sólo de automóviles. Si nos diéramos el tiempo y contáramos con el suficiente valor para analizar, con la mente fría y abierta, la causa de nuestras disputas indudablemente hallaríamos cosas no sólo interesantes sino también impactantes e increíbles.

Si por un momento te abstuvieras de reaccionar como, suele hacerlo la mayoría de la gente en situaciones tensionantes, disminuiría tu tendencia a culpar en automático a tu pareja; y eso, quiérase o no constituiría un gran logro que valdría la pena celebrar pero más que nada, hacer de ello una costumbre.

No obstante, la cosa no es tan sencilla, porque cuando nos molestamos solemos no escuchar, concretándonos a oír y magnificar lo que la otra persona, juzgamos nos arroja con fines destructores. Quienquiera que tenga ese tipo de percepciones se colocará a la defensiva y en la primera oportunidad atacará o como dicen por ahí “se le irá a la yugular”.

La pandemia ha modificado la vida de la mayoría de los habitantes de este planeta, si eres de esas personas que ahí la llevan, pese a todas las contrariedades, sugiero te brindes un momento de tranquilidad y relajamiento, elige un espacio de tu completo gusto y por favor, olvídate de las prisas, por el contrario tomate todo el tiempo necesario para meditar; cuando lo hayas conseguido evoca una discusión reciente, con tu pareja, y plasma en una hoja lo que según tú ocurrió. Luego de anotar tus conclusiones tómate un café y retorna al problema pero ahora: Analiza cuáles fueron tus responsabilidades en los acontecimientos antes descritos. Atrévete a ver tus errores y mírate en el primer plano. Si escarbas a fondo, probablemente, hallarás que muchas de las características achacadas a tu pareja son tuyas, esto es, te pertenecen. Conserva la calma, no eres la única persona a quien eso le sucede y esto no lo digo a manera de consuelo, sino en forma explicativa; nuevamente Ruiz nos confronta:

“… la gente se empeña no tanto en aprender a pensar bien, sino en tener la razón”.

Ruiz, 2018

Pareciera que nos atemoriza sobremanera reconocer nuestros errores, aceptarlos nos hace sentir como si dejáramos de ser valiosos o mejor dicho importantes; por ello hay quien discute para enredar a su pareja, dejarla confundida y alzarse con una pírrica e indignante victoria.

Muchos autores desde hace siglos, insisten en que nos resulta tan, pero tan difícil aceptar nuestros errores que inconscientemente, se los cargamos a los demás, en este caso a nuestra pareja. Actuar de ese modo no sirve para mejorar la relación pues en el fondo, pretendo, suplico, deseo y termino exigiendo, el cambio en la otra persona y no en mí ¿será que me considero un ser inmaculado?.

Gran parte de la tensión que se respira en las relaciones de pareja obedece a que no me satisface la imagen proyectada por la otra persona, y es que suele funcionar a modo de espejo donde se reflejan los rasgos menos aceptados por mi y que inconscientemente, le atribuyo.

Si te atreves a bucear en tu interior podrás encontrar y aceptar que tienes errores dignos de ser corregidos, pero no desesperes si tus cambios no reciben el reconocimiento deseado por ti, pues ante tu diferente manera de reaccionar tu pareja piense que se trate de una trampa. Hace años el biólogo y filósofo von Bertalanffy propuso la existencia de un Sistema general donde todos los organismos interactúan entre si; algo similar acontece entre nosotros, pues el más pequeño cambio en mí afectará a mi pareja y a nuestro entorno, así que calma; no por nada los chinos decían que el origen del tifón era el aleteo de una mariposa al otro lado del océano.

Cuando alguien comienza a cambiar es probable que su pareja le imite, pero si las peleas y desaguisados no sólo persisten sino que cada vez suben más de tono, es recomendable solicitar ayuda profesional.

Todo lo que aquí expuesto son sólo ideas que te invito a considerar para reflexionar sobre ellas. Creo que podríamos imitar a las vacas, ellas comen, comen pasto y yerbas, bueno me refiero a las que viven en rancherías alejadas de la alimentación inventada para ellas. Después de ramonear varias horas, se sientan, fijan la mirada en el infinito y regurgitan parte de lo que “comieron”, para volverlo a masticar y luego una vez formado el bolo alimenticio será digerido, y por tanto absorvido. Algo así puedes hacer, escuchas esto por ejemplo y, algunas ideas surcarán distintos caminos en tu mente, finalizado el Podcast harás otras cosas. Pero más tarde quizá te sientes a re-flexionar lo escuchado, añadiendo otros elementos frutos de tu experiencia. Un diálogo surgirá de tu interior y producto de ello decidirás qué hacer al respecto, usando tanto tu libertad como tu responsabilidad. Aquí no se trata de imponer ideas o emitir mandamientos, mi pretensión es invitar a pensar y si después te equivocas tendrás oportunidad de enemendar tus errores, pero lo que puedo asegurarte es que algo habrás aprendido.

Y no lo olviden, Oj-Allah pronto volvamos a coincidir.

Bibliografía:
  • Martínez Sánz Rosa. Claves para la intervención psicoterapéutica en la pareja. Información Psicológica No. 98. Abril 2010:33
  • Ruiz José Carlos. El arte de pensar. Cómo los grandes filósofos pueden estimular nuestro pensamiento crítico. Editorial Berenice. 2018.

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