Sexualidad y embarazo

Por Francisco Delfín Lara.        Octubre 23 del 2020

Desde hace muchos, pero muchos años ha quedado clara la falsedad de aquello de “Todas las criaturas vienen con una torta bajo el brazo”. Igual enterarse de que estar embarazada, siempre es la mejor de las noticias ¿recuerdan aquella vieja anécdota del ginecólogo que el dice a su paciente “Sra. le tengo muy buenas noticias”; ella responde indignada “Señorita, por favor”, a lo cual él agrega “Bueno Señorita, le tengo malas noticias”. Como la inmensa mayoría de los chistes tiene un mensaje, y es que resulta indispensable sopesar los factores en derredor de esta circunstancia como:

  • ¿fue planeado?
  • ¿es deseado?
  • ¿viene en el mejor momento?
  • ¿se cuentan con las condiciones más adecuadas para traer otro ser humano a este mundo?
  • ¿la mujer tiene buenas condiciones de salud?
  • ¿cuenta con suficientes recursos para esto que apenas comienza, porque de seguro los gastos irán en aumento?
  • ¿tiene pareja y está de acuerdo con el embarazo?

Como ya me cansé de enlistar estas situaciones, les invito a que agreguen las que juzguen pertinentes o me acusen de exagerado, por no estar de acuerdo con mi Tía Canuta que decía: “Donde comen dos comen tres”; en cambio una profesora amante de las inducciones acostumbraba a decir “Donde comen n, comen n + 1”.

Sólo de pensar en los gastos que se avecinan se congela la sangre y eso sin sumar los cubrebocas y líquidos desinfectantes, me niego a usar la horrenda palabra de saniti…

Suponiendo que todo está en orden, la embarazada puede continuar con la actividad erótica sexual, salvo indicaciones concretas y específicas por parte de quien le brinda la atención gineco obstétrica. Por ejemplo:

“El coito debe suspenderse si se rompe la fuente, existe sangrado vaginal, flujo y comezón, si hay dolor abdominal o vaginal, o si se diagnostica parto prematuro”.

Kimberley, 2002

Mi Maestro el Dr. Díaz Esponda agregaba que también en el caso

“…de abortos de repetición, partos prematuros frecuentes, y placenta previa”.

Dr. Díaz Esponda, 2004

Pero de ahí en fueran no hay argumentos para proscribir la actividad erótica sexual.

Entre los motivos más citados para insistir en la abstinencia erótica destacan las personas que consideran a ese estado como de santidad; razones menos románticas son esgrimidas por algunos hombres, presumidos a mi juicio, pues advierten que suspenderán las relaciones sexuales por miedo a dañar al embrión o al feto con el pene. Aquí entre nos, si fueras español, te llamaras Nacho Vidal y fueras artista porno, medio podría creerlo, pero el resto de los mortales, difícilmente llegará a esas profundidades, así que, por favor no exageres; más bien averigua a qué obedece tu negativa.

Recordemos que el feto está encerrado y flotando en una especie de cápsula llena de líquido en la cual las presiones se distribuyen de forma homogénea. Tampoco desarrollará traumas porque la pareja tenga relaciones sexuales, pues es falso aquello de que una tercera persona está presente durante la cópula.­­­

Si las creencias sobre lo nocivo de las relaciones durante el embarazo obedecen a desconocimientos sobre anatomía y fisiología, en la consulta de control del embarazo se podrán brindar intervenciones educativas para paliar dicha problemática: los motivos religiosos son un poco más difíciles de abordar, pero afortunadamente hay ministros muy comprensivos que orientan de forma adecuada a la pareja, y les señalan que hacer el amor no es pecaminoso.

Igual se alegaba que la embarazada no debería tener relaciones coitales por el gran esfuerzo a realizar, caray suena hasta bonito, pero ¿de verdad le disminuyen las cargas de trabajo que tiene? Ya sea ama de casa, o si trabaja de forma remunerada “De todos modos Juan te llamas”.

Cuando el embarazo es bien recibido podrá disfrutarse dicha etapa, pero lo sexual dependerá de cómo haya estado el erotismo previo, y por supuesto de la actitud de su pareja.

Diversas investigaciones muestran que en la mayoría de las sociedades la frecuencia coital tiende a disminuir, por razones muy diversas entre las que destacan las náuseas, dolor durante la relación y la fatiga, e igual por causas socioculturales.

Entre los Masai, habitantes de un territorio entre Kenia y Tanzania, en sus rituales de iniciación cazaban leones, en la actualidad ya no lo hacen, ahora son ganaderos que se alimentan de la leche de sus vacas, la cual a veces mezclan con sangre del mismo animal; en esa tribu se prohibían las relaciones sexuales tan pronto se enteraban del embarazo. Entre los Murgin del norte de Australia las relaciones estaban proscritas porque pensaban que si las tenían, la criatura nacería muerta. Los Ainu de Japón creían que el semen causaba ceguera al feto. Andando el tiempo se ha observado que los abortos son muy frecuentes en esas sociedades y quizá por ello, desde hace años se instauraron las proscripciones. Los Lepcha de la India permitían el coito todo el tiempo, pero sugerían no recargarse en la mujer, lo cual no debía ocurrir muy seguido porque decían que, tradicionalmente sus coitos eran muy, pero muy rápidos. Entre los Tanala de Madagascar y los Ifugao de Filipinas no había restricciones para la cópula, y ella podría tenerlas, mientras se sintiera cómoda. Hace años escuché hablar de los Koriakos, habitantes de la península de Kamchatka en el Mar de Bering,  parte de Rusia. Tradicionalmente se dividían en dos subgrupos: Koriakos Nemelan, gente de la costa o marinos, son sedentarios y viven de la pesca y los Koriakos Chauchen, viven territorio adentro, se dedican a la cría de renos de los cuales poseen grandes rebaños pero como dependen de esos animales su estilo de vida es nómada. Los Koriakos Nemelan creían que la criatura se iba formando con semen, y por ello animaban a las parejas a tener relaciones sexuales con la mayor frecuencia posible, quizá decían “Hoy le haremos el brazo, mañana el antebrazo, pasado mañana la mano” y así sucesivamente. Cuando la criatura nacía con alguna problemática afirmaban que había sido por falta de relaciones sexuales.

Con la llegada de la Psicoprofiláxis obstétrica y sus cursos, muchas parejas disfrutaron la preñez; las preguntas al ser respondidas enriquecían a todo mundo y disipaban dudas. Hay un libro cuyo título de seguro estremecerá a más de cuatro “Pariremos con placer”. Saquen sus propias conclusiones.

A últimas fechas se ha optado porque la pareja decida cómo ejercer su erotismo, aunque en ocasiones cuando la mujer pide cariño a su pareja, ni tardo ni perezoso  procede a desnudarse para copular, no obstante, ella sólo está pidiendo afecto, ternura, apapacho y cosas por el estilo, más no necesariamente un coito.

Si UD cree que lo antes relatado es cosa del pasado, lamento comentarle que no es así, en una muy interesante investigación del 2017, revisaron 13 estudios con 3,122 participantes y hallaron cuestiones positivas como que la sexualidad durante el embarazo, facilita el parto, promueve la armonía marital, previene la infidelidad y mejora el bienestar fetal. No obstante, igual hallaron otras no tan positivas como una investigación en Turquía donde los esposos afirmaron suspender las relaciones por ser pecaminosas. Otros autores hallaron disfunciones sexuales hasta en la mitad de los casos. El temor a la infidelidad masculina estuvo presente en una gran cantidad de parejas. En otro estudio realizado en Croacia los varones afirmaron evitar las relaciones por miedo a dañar al feto, pero se mantenían muy cercanos a su pareja (2017. Costa). ¿Su caso se ha parecido a alguno de lo aquí descrito?

En otro momento hablaremos del Síndrome de Couvade en el cual el hombre experimenta los síntomas de su pareja embarazada. Imagínalo por un momento y piensa si te antojaría experimentarlo.

A modo de corolario, la sexualidad no es sólo genitalidad; pues se pueden brindar demostraciones afectivas y caricias, sin llegar necesariamente al coito, pero si se les antojara, y el vientre ya estuviera muy crecido, conviene que el hombre actúe con cuidado, y practicar la posición de cucharita, es decir, penetración a la vagina desde la parte posterior. No obstante, se pueden brindar caricias sin llegar a la penetración, en fin, todo se puede hacer, basta con que hagan de cuenta que será un concierto para dos intérpretes, sólo que será ella quien deba llevar la voz cantante.

Bibliografía
  • Beach FA, Ford CS: Conducta sexual. España, Editorial Fontanella, 1978:235–239.
  • Delfín Lara Francisco. ¿Y te acostaste con él? ¿Y la amas?. Sexualogía. https://sexualogia.com/?s=y+te+acostaste
  • Meireluci Costa Ribeiro, Marco de Tubino Scanavino, Maria Luiza Sant’Ana do Amaral, Ana Lúcia de Moraes Horta & Maria Regina Torloni. Beliefs About Sexual Activity During Pregnancy: A Systematic Review of the Literature. http://dx.doi.org/10.1080/0092623X.2017.1305031
  • Díaz Esponda Carlos. Comunicación personal. 2004
  • Sloan D, Bing E: Sexo durante el embarazo. Mundo Médico 1984;XI(126):141–142.
  • Tüllmann A: Vida amorosa de los pueblos naturales. Comportamiento sexual de las comunidades primitivas. España, Círculo de Lectores, 1971:225.

Deja un comentario

Scroll al inicio
Abrir chat
¿SEXUALIDAD? ¿SEXOLOGÍA?, MEJOR SEXUALOGÍA.
¿En qué puedo ayudarte?